Sábado, 17 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6271.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera (Horacio)
 OPINION
Cartas al Director

Apatía ante el nuevo Estatuto de Andalucía

Sr. Director:

Mañana, los andaluces estamos convocados a las urnas para ratificar el nuevo Estatuto de Andalucía. Una nueva cita en el mes de febrero. Me viene a la memoria la otra cita electoral celebrada este mismo mes -en el ya lejano 1980-, la del famoso referéndum para la vía del artículo 151 de la Constitución.

Como ya han pasado 27 años, hay muchos andaluces que, por su juventud, no vivieron los acontecimientos históricos de aquella fecha. De todas formas, no hay comparación posible. A pesar de las enormes dificultades, la ilusión que mayoritariamente teníamos entonces no se puede equiparar a la absoluta apatía que, todo parece, genera la cita de mañana domingo. Aquélla era una época de ilusiones, de reivindicaciones, de lucha por lo justo. Ahora todo es distinto. Nos presentan un estatuto nuevo, de 250 artículos, para sustituir al otro, de sólo 75, que ni siquiera ha sido completamente desarrollado.

Éstos son nuevos tiempos, efectivamente, y también una nueva generación de políticos en activo. Como añoramos muchos a personas tan relevantes como don Manuel Clavero Arévalo, que con su magnífica actuación y su testimonio personal dio un impresionante ejemplo. Hace pocos días, tuve el gran honor de escucharle. Pude comprobar cómo, a pesar de haber traspasado la barrera vital de los 80 años, tiene una agudeza mental y nivel de compromiso que muchos de 40 quisieran disfrutar.

Pero, en fin, dejando añoranzas aparte, la cita del domingo tiene su trampa: se trata de un nuevo estatuto sí, pero, en mi opinión, no es el reflejo de las necesidades reales de esta comunidad. Es sólo la respuesta al debate territorial, provocado por el nuevo Estatuto de Cataluña. Así de claro. Las referencias al catalán son constantes y ni siquiera los líderes de los principales partidos se han negado en esta campaña a desmentirlo.

Quiero, como andaluz, un nivel de autogobierno que no sea mejor, pero tampoco peor, que ningún otro pueblo de España. Esto es lo más importante. Ignoro aún que votaré mañana, pero me hubiera gustado haber disfrutado de la misma ilusión que aquel añorado 28 de febrero. No va a ser posible, y pienso que muchos andaluces están en la misma situación. Que cada cual haga lo que en conciencia considere más oportuno.

Julio José Elías Baturones. Sevilla.

Todas las víctimas necesitan ayuda

Sr. Director:

El 10 de febrero de 1988 asesinaron, en extrañas circunstancias, a mi padre, el comisario de Policía Gregorio García González. Casi 20 años después, su muerte sigue siendo un misterio. En todo este tiempo, ningún miembro de la familia hemos contado con ningún tipo de indemnización, ayuda de ninguna clase o apoyo psicológico. Nadie nos ha escuchado, no nos han considerado víctimas ni nos han ofrecido soporte legal de ningún tipo.

Por eso, porque sabemos lo que significa que asesinen brutalmente a un ser querido, porque sabemos que se necesita ayuda para seguir viviendo, podemos valorar en su justa medida lo acompañados que deben de sentirse los que han sufrido de cerca la terrible violencia del terrorismo, lo reconfortante que tiene que ser -en medio de la desgracia- disponer de gabinetes de psicólogos que te tranquilicen y te escuchen cuando sientas miedo o dolor, y lo importante que es tener la certeza de que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado intentarán perseguir y encerrar a los asesinos del ser querido.

Mi familia no ha tenido esa suerte; nosotros formamos parte de las otras víctimas, aquéllas que no llenan los medios de comunicación, de las que nadie habla y a las que nadie hace justicia. Dos tiros certeros en el cuerpo, a quemarropa, matan igual, sea quien sea el asesino. La forma en que la Justicia debería perseguir el crimen y la ayuda que las Administraciones deberían ofrecer a las víctimas debería ser también la misma. Desgraciadamente, nosotros no veremos salir de la cárcel a los asesinos de nuestro padre, porque nunca los vimos entrar.

Asunción García Iglesias. Correo electrónico.

Apoyo a Fernando González Urbaneja

Sr. Director:

Estos días, a raíz de la muerte de Érika Ortiz, los medios de comunicación -sobre todo las televisiones- han reabierto el eterno debate de si la prensa rosa hace espectáculo de la información y de si trata mejor o peor las noticias que el resto de los medios.

Pues bien, me sorprende que un puñado de periodistas del colorín hayan puesto de vuelta y media al presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, Fernando González Urbaneja, porque tuviera la valentía de arremeter contra el mal uso que de la profesión periodística que hacen a diario la inmensa mayoría de los periodistas del corazón en las televisiones. Pero aún me sorprende más no haber leído en los periódicos ni haber escuchado en prácticamente ningún medio que hayan salido periodistas a defenderle. ¿Es que acaso nadie está de acuerdo con él? Porque, o el presidente de la FAPE tiene el respaldo mayoritario de los periodistas, y eso ha de hacerse público y notorio, o está solo en sus críticas, y entonces, más le valdría dimitir.

Yo suscribo lo que se atrevió a decir González Urbaneja, que tantos otros piensan y callan. Y, por cierto, ya está bien que desde programas como ¿Dónde estás corazón? o Dolce Vita sigan diciendo que el tratamiento de la noticia de Érika Ortiz fue lamentable en periódicos como EL MUNDO o El País, y que éstos fueron los primeros en hablar de suicidio, cuando, por ejemplo, en Telecinco, en el programa Aquí hay tomate, la periodista Paloma Gómez Borrero no tuvo ningún reparo en decir que ésta había sido la causa de la muerte, sólo dos o tres horas después de que se conociera la noticia, y sin que aún se hubiera realizado ninguna autopsia. ¡Cuánta desfachatez!

Inés Gómez. Madrid.

Carta de alumnos del colegio La Inmaculada

Sr. Director:

Debido a las recientes acusaciones a las que se hace alusión en los medios de comunicación, nosotros, alumnos del colegio madrileño La Inmaculada-Marillac, por iniciativa propia, queremos expresar nuestro apoyo incondicional hacia todo el profesorado, así como a la Dirección del Centro. Nos basamos en nuestra experiencia diaria en el colegio, en el cual disfrutamos de una educación privilegiada.

Desde nuestro punto de vista, el supuesto acoso del que se habla en noticias como la publicada ayer en EL MUNDO pone en duda la integridad del centro y la educación proporcionada por sus profesores, en los cuales confiamos plenamente ya que ellos están siempre pendientes de la conveniencia en el centro.

Queremos reafirmar nuestro apoyo total al colegio y a todos sus integrantes, que nos han ayudado día a día en nuestro proceso de formación, tanto en lo personal como en lo profesional. Son muchos años de convivencia pluricultural en la que nunca ha existido ningún hecho de esta magnitud, ya que nos consideramos una gran familia.

Alumnos del colegio La Inmaculada-Marillac. Madrid.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad