El Institut Català de la Salud en Girona ha programado para abril un curso pionero de formación (que se llevará a cabo en todo Cataluña) sobre cómo abordar todos los aspectos relacionados con la Mutilación Genital Femenina (MGF) que será obligatorio para todos los profesionales de las 23 Areas Básicas de Salud de la demarcación relacionados con la población inmigrante subsahariana, desde pediatras a los diferentes profesionales del Programa de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (PASSIR), según ha anunciado el gerente del ICS en Girona, Gabriel Colldetuero.
Girona es una demarcación pionera en el abordaje de esta grave mutilación femenina y desde el año 2002 existe una comisión que trabaja transversalmente desde los ámbitos sanitario, social, policial, judicial. Es en esta provincia en la que se concentra una mayor población susceptible a llevar a cabo esta práctica porque es donde se concentra el mayor número de inmigrantes procedentes de países en los que esta tradición manda.
El trabajo programado por la Adminsitración ha dado su fruto según mantienen tanto la sargento de los Mossos d'Esquadra, Rosa Negre, como el magistrado y portavoz de la comisión Carles Cruz, que aseguran que cada vez los viajes a los países de origen representan menos peligro de mutilación y que debe se destacar el gran esfuerzo llevado a cabo por la comunidad subsahariana, sobre todo de las poblaciones de Girona y Salt, aunque es un tema que está sobre la mesa en toda Cataluña. Gracias al trabajo llevado a cabo por los interlocutores, cada vez más muchas familias inmigrantes dan el gran paso de decidirse a abordar un tema que para ellos es tabú y forma parte de su vida privada.
Desde que empezó el trabajo en red de todos los profesionales implicados en la prevención de esta traumática mutilación, en Girona se puede decir que se han seguido más de 100 casos que corresponden normalmente a más de una menor por caso. Prácticamente en la totalidad, a excepción de alguna menor que no ha regresado de su país de origen tras un viaje, se ha logrado que ninguna de ellas fuera mutilada, a pesar de tener hermanas mayores que si lo eran.
Cada año se ha podido establecer contacto con más familias y desde las 20 menores con que se trabajó en el 2004, se pasó a unas 45 en el 2005 y unas 60 en el 2006. Según el magistrado, el endurecimiento de la ley, que calificaba esta mutilación como delito de lesiones castigado con pena de seis a 12 años y la inhabilitación para la patria potestad entre cuatro y 10 años y que además desde el 2005 ha hecho competente a la jurisdicción Española de estos hechos aunque sean cometidos en el extranjero, como si se tratara de un delito de genocidio o terrorismo, ha causado en este colectivo «un efecto preventivo o disuasorio que sumado a la concienciación cada vez mayor de los progenitores subsaharianos hace que aunque se avance lentamente, la labor de los profesionales sea como una mancha de aceite, que se extiende».
A pesar de que los integrantes de esta comisión saben que en Girona hay niñas mutiladas y las seguirá habiendo, luchan para evitar que el mayor número posible de ellas sufra cualquiera de los diferentes tipos de mutilaciones existentes, porqué saben que cada niña que vuelve «íntegra», abre una puerta de reflexión en su país de origen.
La mutilación va desde la extirpación de parte o todo el clítoris, que es el menos grave y el más frecuente en Cataluña, hasta la supresión de todos los órganos genitales incluida la sutura de la apertura vaginal y la introducción de sustancias corrosivas en la vagina para estrechar el canal vaginal.
En Girona, a pesar de que en alguna ocasión se ha tenido que recurrir a la INTERPOL para evitar que una familia que ya estaba en Bruselas viajara al país de origen por peligro de mutilación, o que una familia con hizo caso omiso de la prohibición judicial de salir del país y realizó el viaje, ningún caso se ha instruido por delito y ha llegado a procedimiento judicial y condena. No obstante esto no significa que no se haya producido ningún caso de mutilación.