SILVIA TAULÉS / MARTA RODRIGUEZ FONT
BARCELONA/GIRONA.-
Los orígenes de la mutilación femenina provienen de tradiciones tribales del centro de Africa, países en los que ahora el islam es la principal religión. Pero nada tiene que ver la mutilación genital femenina con ser musulmán. De lo contrario, la ablación también se llevaría a cabo en países como Marruecos, Pakistán o Arabia Saudí, de arraigada tradición musulmana, algo que no sucede. Son Senegal, Gambia, Mauritania, Sierra Leona, Costa de Marfil, el Chad, Etiopía, Kenia y Nigeria algunos de los lugares en lo que la ablación se sigue practicando. Hay que resaltar, no obstante, que en muchos de ellos se persigue esta práctica y sólo se sigue realizando en pequeños poblados apartados de la incipiente modernización. En Senegal, por ejemplo, país en el que el 90% de la población es musulmana, la ablación está prohibida y perseguida. En total, son 28 los países africanos en los que se sigue practicando la ablación del clítoris, según un informe de Save the Children.
En todo el mundo hay en estos momentos 130 millones de mujeres mutiladas, la mayoría cuando eran pequeñas y se prevé que cada año dos millones de niñas más sufran esta extirpación. Según Save the Children, más de medio millón de niñas de Europa han sufrido la mutilación del clítoris.
El pasado seis de febrero, la Comisión Europea reclamó la erradicación de la mutilación genital femenina, práctica «aborrecible» que no puede justificarse apelando a la «tradición» ni fuera de la UE ni dentro de ella y recordó las distintas vías por las que actúa para evitar una intervención cuyas consecuencias sufren alrededor de 150 millones de mujeres en el mundo.
La comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, recordó algunas medidas aprobadas por la UE para frenar esta práctica, entre la que se encuentra el Acuerdo de Cotonou con 79 países de Africa, Caribe y Pacífico (ACP) de una cláusula para prevenir esta mutilación. De manera más concreta, Bruselas ha financiado con cerca de un millón de euros la campaña internacional llamada STOP a la mutilación genital femenina, a la que se adhirieron unas 25.000 personas.
Mientras, en Girona, para evitar una práctica que todavía algunos inmigrantes relacionan erróneamente con su religión, se usa a los líderes islámicos. Así, además varios testigos, entre ellos un imam, se les explica la «no» relación entre el Corán y la ablación.
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