La cifra, confirmada por el representante de Darek, dista mucho de las cantidades millonarias que se le habían atribuido, pero no está mal si tenemos en cuenta que se trata del primer trabajo serio del joven polaco, y que sus compañeros de pasarela más experimentados no superan los 3.000.

Haber desfilado en lo que pronto se llamará la Madrid Fashion Week podría abrirle al ex-gogó otras puertas. Mientras, Darek ha decidido estudiar Interpretación en una prestigiosa escuela de Madrid porque «quiere estar bien preparado». Ya le están ultimando el que será su nuevo book de fotografías, en las que muchos aseguran ver el inconfundible estilo David Beckham en el novel Darek, perdón Dariusz.

A buen seguro que la comparación, nada descabellada vista la planta del joven, le habrá hecho mucha gracia a su «amiga especial». ¿Quién no recuerda la pelea que mantuvieron Ana Obregón y una celosa Victoria Beckham en un exclusivo gimnasio madrileño a cuenta del olor a ajo de los españoles y los rumoreados flirteos de la española con el astro futbolístico?

Pero eso son cosas del pasado. Ahora, la incombustible Ana está volcada en tutelar, respaldar y defender la nueva vida de Darek.

Atrás quedan sus trabajos como stripper y animador en despedidas de soltera (ganaba entre 200 y 300 euros) y algún que otro pinito en el mundo de la moda. Darek llevaba meses inscrito en una agencia de modelo, pero apenas le requerían para protagonizar unas fotos, como las que en abril del año pasado publicó la revista gay Shangay, donde posaba sin ropa y en diferentes posturitas. Aquellas imágenes pasaron a la historia. Desaparecieron como por arte de magia y en los foros de Internet los fans preguntan insistentemente quién puede facilitárselas. No interesa que sigan circulando.

Cuando se hacen alusiones al pasado de Darek, Ana se apresura a defenderlo: «Tuvo otros trabajos por motivos económicos», ha dicho esta semana, «no todos hemos nacido con un pan debajo del brazo».

La agencia de Darek se centra ahora en otro tipo de trabajos. «Hemos recibido multitud de ofertas y las estamos estudiando», dice su representante, «Dariusz sólo aceptará las que le resulten interesantes para su carrera de modelo». Asegura también que pronto empezará a trabajar en mercados internacionales -«no sólo Italia», matiza- y que Cibeles será sólo el principio de una prometedora carrera, «porque le sobran condiciones para triunfar en la moda». En su entorno nadie quiere oír hablar de las suculentas ofertas para participar en abril en un reality televisivo. Las malas lenguas dicen que su novia «no se lo permitiría».

De su futuro en la moda también opina Francis Montesinos, el diseñador que -Obregón mediante- le dio el pasado lunes la oportunidad de debutar. «Anita me pidió el favor y yo accedí encantado», dice el modisto valenciano, «pero está claro que es un magnífico modelo». Darek no había sido incluido en el casting previo de Esla Proyectos S.L., empresa organizadora de los desfiles y de la selección de los maniquíes. Con la petición de Obregón a Montesinos y el sí de éste, las cosas cambiaron. Pese a que la Pasarela no necesita reclamos, Darek aseguraba así la presencia de más curiosos de lo habitual. La aparición casi estelar del polaco cachas no defraudó. Apenas habló con los periodistas que lo esperaban, se paseó por el backstage como si se hubiera criado entre bambalinas y contó con la presencia de su chica en primera fila para aplaudir su debut. «Míralo, míralo», comentaba ella a Massiel entusiasmada.

No tuvieron la misma suerte que Darek otros modelos, los que no formaron parte del casting final y no pudieron desfilar. En esta edición hubo 29 desfiles, 18 maniquíes en cada uno y un presupuesto total de entre 35.000 y 40.000 euros por pase. Todo pagado por Cibeles con los 3 millones de euros que maneja de presupuesto anual y que incluye gastos de organización, peluquería, maquillaje, invitaciones... Los modistos sólo deben costearse la producción de su colección y pagar a sus modelos invitados, si los llevan.

Los maniquíes recibieron entre 200 y 3.000 euros por desfile, dependiendo de su experiencia y de su caché. Sólo cobraron la cifra máxima las grandes tops, como la española Madeleine Hjort o la brasileña Talitha. La maniquí invitada por la Asociación de Creadores, que en esta ocasión fue Elise Crombez, fue pagada por éstos y cobró mucho más, aunque no tanto como el año en que la estrella fue Carmen Kaas, que se llevó más de 100.000 euros.

Lo habitual no es eso. La mayoría de los/las modelos profesionales participan en varios desfiles y cobran una media de 600 euros en cada uno de ellos. Se ve que Darek, perdón Dariusz, ha empezado con fuerza. ¡Que tiemble Beckham!