KOSME DE BARAÑANO
El mercado del arte lo constituyen básicamente las obras de arte y los compradores o colecccionistas de las mismas. Los lugares de la intermediación han sido los marchantes y sus galerías, así como las ferias que ellos mismos -o con ayuda más o menos directa de las instituciones (como es el caso de Arco)- han organizado. En las últimas décadas, sin embargo, las casas de subastas e internet han introducido nuevas y eficaces medidas de transparencia en un mercado un tanto opaco. En 2006, tanto las subastas de Nueva York como de Londres, en sus desfiles de mayo o de noviembre, han sido de enorme éxito y han batido récords. Entre estas dos estaciones de ventas, se encuentran las grandes ferias: el mes de marzo nos trae el Salón del Dibujo de París y la visita obligada a Maastricht, villa sin encanto al margen del museo de Aldo Rossi, para ver la European Fine Art Fair. En junio, será el momento del arte contemporáneo en Art Basel. Pero Nueva York sigue siendo el centro del arte: lo que no está en sus museos está en sus casas o, en cualquier momento, sale a la venta allí mismo.
Sotheby's y Christie's significan la recolocación de los precios en una escala de valores televisada. Los precios quedan al descubierto y se cuelgan en internet. Los trucos y engaños de los galeristas de provincias están pasando a ser una enfermedad erradicada. Por tanto, la información de las casas de subastas y de internet se ha convertido en una herramienta para conocer y controlar el mercado del arte a disposición de todo ciudadano interesado.
Presentamos aquí dos reflexiones temáticas para que quienes vayan a Arco puedan informarse previamente sobre el mercado, las cotizaciones y las tendencias del negocio del arte.
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