Obra de Giuseppe Verdi. / Intérpretes: Ana María Sánchez, María José Montiel, Vicente Ombuena, Simón Orfila, Coro de RTVE y Coro de la Comunidad de Madrid y Orquesta Sinfónica de RTVE. / Director: Juanjo Mena. / Escenario: Monumental. / Fecha: 15 de febrero.

Calificación: ****

MADRID.- En su momento, los listos dijeron que el Réquiem de Verdi era una ópera; pocas cosas hay tan operísticas como un ritual de difuntos. Y que resultaba literario, lo que tampoco es incoherente si tenemos en cuenta que está escrito en honor de un santo laico de la literatura italiana: Alessandro Manzoni, por entonces ya mítico autor de I promessi sposi (Los novios).

Hoy, basta oírlo como lo que es: grandiosa música maravillosamente realizada que puede llegar desde las explosiones volcánicas del Dies irae hasta las regiones impalpables del Lacrymosa. Siempre con originalidad, vida, excelso tratamiento vocal (operístico, faltaría más)... Y, encima, es capaz de arrastrar a cualquier público, simple o sofisticado. Todo eso merece que hasta para los listos de hoy sea una obra maestra.

La Orquesta Sinfónica de RTVE preparó su versión con cuidado. Al frente, uno de los más interesantes directores españoles de la hora actual, el vitoriano Juanjo Mena, titular de la orquesta de Bilbao desde 1999, alumno de Bernaola y Celibidache y, además, hombre culto, lo que no puede decirse de todos los directores de orquesta. Eso se le nota a la hora de afrontar una obra como ésta que tiene implicaciones filosóficas y literarias. Mena lo hace en una doble vertiente: histórica, conociendo los condicionantes positivos de la época, y musical, extrayendo de las notas su esencia constructiva y expresiva. Bien planificado todo, con suficiente calor y expresividad, sin pasarse en efectos teatrales y sabiendo que el equilibrio no excluye la pasión. Algo que tampoco abunda entre sus colegas nacionales. Gradúa la sonoridad, no les espanta el estruendo necesario pero también se mueve en la expresividad de lo apenas audible

Al cuarteto vocal (todos españoles) se le exigen prestaciones de lujo, de divos operísticos. En buena parte, las brindaron. Segura e interesante Ana María Sánchez y absolutamente excepcional María José Montiel, ahora en función de mezzo, encarnando el hermoso y lucido papel que el Verdi maduro escribiera para la famosa María Waldmann y que quizá sea el papel clave de la obra. Vicente Ombuena justificó su ganada fama de buen tenor operístico y Simón Orfila completó con acierto el elenco.

El Coro de RTVE , reforzado con el pequeño, pero excelente, de la Comunidad de Madrid, hicieron un esfuerzo que mereció la pena, sonoro y sensible. También la orquesta. Todos ellos excelentemente llevados por un Juanjo Mena que empieza a destacar entre sus colegas de generación. El público lo pasó muy bien, en lo que no hay nada malo ya que, en principio, a un concierto no se va a sufrir. Y aplaudió muchísimo, cálida y sinceramente, que es aún mejor.