Esta semana, con El Cultural, los lectores podrán conseguir el primer DVD de la colección, Amor en conserva (1949) -donde aparece Marilyn Monroe en su primer papel recordado- por tan sólo 7,50 euros. Con esta entrega inicial, se regalará el segundo DVD, Copacabana. A partir de ese momento, todos los jueves se podrá conseguir una nueva película por idéntico precio: 7,50 euros.

Hay dos cuestiones que no son ciertas de cuantas suelen apuntarse en las biografías al uso de los hermanos Marx: ni su padre fue el peor sastre de Yorkville (Nueva York) ni su humor era heredero del de Mack Sennett. Sólo hace falta ver lo lejos que queda la comicidad de los Marx de esos chistes de trompazos, policías que se caen y bofetones, es decir el slapstick, para comprender lo ajenos que fueron a Sennett, uno de los mayores exponentes de dicho género.

Muy al contrario, el humor de los Marx tiene sus raíces en el vodevil y en una tradición familiar teatral que se remonta a los escenarios de la Alemania original de sus parientes de mediados del siglo XIX. Cuenta su leyenda que un incidente durante una representación en Texas de una comedia musical llevó al público a la calle. Cuando el respetable regresó a sus butacas, los hermanos ridiculizaron e injuriaron su propio número. Su estilo, más cerca de la acracia que de nada serio, acababa de nacer. Su triunfo no se hizo esperar: Broadway se rindió a ellos en 1923; Hollywood en 1929, cuando ya llevaban 24 años sobre los escenarios. Una vez en la fábrica de sueños, su estrella fue aún más rutilante que las de las grandes luminarias del slapstick en aquel entonces.

GROUCHO

El amante sarnoso con bigote pintado

Con su bigote pintado y su dialéctica apabullante, fue el cerebro del grupo, amén de un príncipe del lenguaje dotado de un poder de seducción especial sobre las vampiresas entradas en años y en carnes, a menudo encarnadas por Marguerite Dumont. Era el mediano del quinteto original -y el pequeño cuando Gummo y Zeppo se fueron-, pero siempre fue el más demoledor de todos ellos. Verdadero clásico de la cultura heterodoxa, sin proponérselo formó parte del eterno debate entre marxistas y bakunistas abierto entre la juventud revolucionaria de los años 70 del pasado siglo. «Somos marxistas de Groucho», decían los ácratas para escarnio de los marxistas ortodoxos. El mismo Woody Allen, admirador declarado, comenzó su Annie Hall (1977) con un chiste de Groucho: «Jamás entraría en un club donde admitieran a gente como yo». Groucho y yo (1959) y Memorias de un amante sarnoso (1963) cuentan entre sus principales libros. «El humor es una lucha contra la homogenización», sentenció, genial.

HARPO

El arpista que hablaba a bocinazos

Su constante mudez hizo de Harpo un hombre de acción. Era el brazo ejecutor de la obra destructora de los hermanos Marx y cortaba las corbatas con el mismo ímpetu que los cables de teléfono. Su cara lunar, su peluca Luis XV y el maravilloso bazar que guardaba en sus bolsillos de donde sacaba toda suerte de sopletes y extensibles- hicieron de Harpo uno de los personajes más singulares de toda la historia del cine. Tanto es así que da a las damas la pierna en lugar de la mano, mientras Groucho habla del «erotismo galopante». Harpo satirizó sin contemplaciones los grandes dogmas políticos y sociales, como se puede ver en la ridiculización del gobierno de Sopa de ganso (Leo McCarey, 1933). Fue el suyo un personaje inquietante e imprevisible, donde la expresión corporal alcanza límites insospechados. Inspiración de Salvador Dalí, el surrealista escribió un guión pensando en él que nunca llegó a realizarse.

CHICO

El nexo entre los hermanos

Es el más pragmático. De ahí su afición a las trampas; sobre todo, cuando disputa una partida de naipes. Es el único que se desmarca del burlesco de sus hermanos para mostrarse heredero del humor napolitano e incluso de la mismísima Commedia dell'Arte, debido a sus primeras interpretaciones de tipos italianos. Su equilibro y su sosiego, su gravedad, en definitiva, no le incapacitaron en modo alguno para la sorna. Tal vez sea él la síntesis de sus hermanos, el que aporta esa seguridad casi coreográfica a la gesta destructora. El vendedor de helados de «tutsi-frutsi» fue el nexo de unión indiscutible entre Harpo y Groucho. A diferencia de aquél, que sólo se ponía serio llegado el momento de tocar su arpa, Chico no apeaba la guasa ni puesto a tocar el piano. Señalaba las teclas con su índice antes de tañerlas. Fue un gran pianista que, en la vida real, se arruinó varias veces por culpa del juego y que, en pantalla, causaba sensación acabando con las subastas, los contratos y exigiendo en los hoteles habitaciones sin baño.

ZEPPO

El galán serio que hacía de comparsa

Su colaboración con sus hermanos se reduce a los primeros títulos del grupo: Los cuatro cocos (Robert Florey y Joseph Santley, 1929), El conflicto de los Marx (Victor Heerman, 1930), Pistoleros de agua dulce (Norman Z. McLeod, 1931), Plumas de caballo (Norman Z. McLeod, 1932) y la ya citada Sopa de ganso. En todos ellos, Zeppo es el menos brillante porque es el único que permanece serio incluso cuando todo parece venirse abajo por obra y gracia de sus hermanos. A cambio, Zeppo es el galán que se lleva a esas damas que tanto estiman los otros. Pero es un actor secundario, un comparsa en la compañía familiar. Cuando la abandona, su puesto es ocupado por un extraño. Carente de esa comicidad que Antonin Artaud fue a calificar de «materialista» en El teatro y su doble, Zeppo representa, no obstante, el contrapunto ideal a ese desconcierto general que siembran los otros tres hermanos Marx.

Las películas que componen la colección 'Lo mejor de los hermanos Marx' son una invitación a la carcajada delirante, inteligente e interesante. La colección empieza por dos de los últimos títulos rodados por este divertido equipo. 'Copacabana' es una película de 1947, en la que sólo aparece Groucho, acompañado por la espectacular tropicalidad de Carmen Miranda. 'Amor en conserva', rodada dos años más tarde, fue la película con la que los hermanos Marx se despidieron del cine.

La colección incluye, asimismo, otras joyas de la producción de los Marx. Así, el 1 de marzo se ofrece 'Una noche en la ópera', título fundamental del cine de los años 30, que inspiró al grupo Queen uno de sus mejores discos. El 8 de marzo es el turno de otro clásico, 'Sopa de ganso'. Una semana después, se podrá conseguir 'Una tarde en el circo' y el 22 de marzo, 'Los hermanos Marx en el Oeste'.

El 5 de abril llega 'La tienda de los locos' y el día 12 del mismo mes, 'Una noche en Casablanca', la particular sátira con la que los disparatados hermanos reinterpretaron la inmortal película protagonizada por Humphrey Bogart.

El 19 de abril se ofrece 'Un día en las carreras' y el día 26, 'El conflicto de los Marx'. La colección acaba en el mes de mayo con otras dos películas imprescindibles: 'Pistoleros de agua dulce' (3 de mayo) y 'Plumas de caballo' (10 de mayo).

Para más información, puede usted consultar 'www.elmundo.es/promociones' o llamar al 902 999946.