Llegan grandes noticias para el madridismo desde Alemania. El Bayern Múnich viajará a Madrid bajo una depresión histórica que, frente a un rival estable y normalizado, le llevaría directamente a la derrota y a la humillación. Se trata de confirmar si el Real Madrid está capacitado para aprovechar que se medirá a un grupo inseguro e incapaz de ganar al décimoquinto clasificado de la Bundesliga. Ayer cayó por 1-0 con el modesto Alemania Aachen, el mismo equipo que lo eliminó de la Copa con un 4-2. Su situación es ya desesperada. El Schalke, líder, le aventaja en 12 puntos y su balance desde la reanudación del torneo tras el parón invernal es desolador. Acumula una victoria, un empate y tres derrotas. La Liga se le ha escapado en medio de esta impresionante crisis.
Ni siquiera la sustitución de Felix Magath, el técnico que logró sendos dobletes (Liga y Copa) en las dos últimas campañas, ha evitado la caída en picado. Su sucesor, una leyenda viviente, no ha logrado estimular a un grupo que parece resignado a su suerte. Ottmar Hittzfeld no da con la tecla y la eliminatoria de la Liga de Campeones se le viene encima.
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