SERGIO LEVINSKY. Especial para EL MUNDO
BUENOS AIRES.-
La violencia no cesa en los estadios argentinos. Ayer, el encuentro entre Newell's Old Boys y River Plate (1-2), correspondiente a la segunda jornada del Torneo Clausura, fue suspendido dos minutos antes del final cuando un grupo de hinchas del conjunto de Rosario se enfrentó a golpes y arrojó diferentes objetos al campo.
Estos incidentes llegan un día después de que el Juzgado Número 9 ordenara la clausura del River, debido a los actos violentos de la pasada semana antes del partido contra Lanús, saldados con heridos de bala y arma blanca. La orden fue firmada por la fiscal Claudia Barcia, después del registro realizado el pasado miércoles en las instalaciones del club, donde se encontraron distintas armas blancas y gasas con sangre en el departamento médico, que habían sido ocultadas por los dirigentes porque correspondían a un grupo de ultras.
La Justicia determinó que los elementos punzantes encontrados «ponen en inminente peligro la salud y la seguridad» de quienes concurren al estadio, por eso se clausuran las instalaciones del emblemático club bonaerense. Eso sí, permanece abierta la pensión en la que se alojan los jugadores de las divisiones juveniles.
En su iniciativa por erradicar la violencia, la policía requisó diferentes objetos en el domicilio de los hermanos Alan y William Schenkler, los jefes de la barra brava Los borrachos del tablón.
Socios.
Asimismo, el Gobierno argentino, a través de su área deportiva, suspendió por cinco jornadas al estadio Monumental de River, por lo que partirá en desventaja para disputar el Clausura y la Libertadores. El club tampoco podrá organizar recitales musicales. A los socios no se les permite realizar actividades ni deportivas ni sociales hasta que la autoridad lo disponga.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, vinculado al fútbol, dijo: «Hace tiempo que venimos estudiando el tema y sabemos quiénes son los violentos. Tenemos nombres, apellidos, direcciones y se las estamos haciendo llegar al fiscal Luis Cevasco».
Los dirigentes de River intentaron, sin éxito, impedir la aplicación de las medidas, especialmente la suspensión del estadio, alegando que los incidentes ante Lanús ocurrieron fuera del estadio. Mientras, el presidente del club, José María Aguilar, continúa de vacaciones.
Por otra parte, el Ministerio del Interior suspendió por una jornada el estadio de San Lorenzo por un incidente ocurrido en diciembre pasado ante Quilmas en el Torneo Apertura; y el presidente de Banfield, Carlos Portell, denunció amenazas de ultras por no cederles entradas.
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