El Gobierno intenta convertir la decisión sobre el futuro penitenciario de Ignacio de Juana Chaos en un asunto técnico y no político. Por eso, la decisión es la de seguir lo que le indique la Junta de Tratamiento de la cárcel de Aranjuez (en la que estaba ingresado el preso antes de ser trasladado al hospital 12 de Octubre), como se hace en la inmensa mayoría de los casos.
Ese informe, en el que se incluyen las consideraciones de la dirección de la prisión, los funcionarios y los psicólogos, es preceptivo, pero no necesariamente vinculante.
El Gobierno ha decidido tratar este asunto como un caso más y, por tanto, rechaza la posibilidad de vetar la propuesta de la Junta de Tratamiento. Es decir, el Ejecutivo no cumplirá la petición del PP de obligar a De Juana a cumplir íntegramente su condena.
Fuentes del Gobierno explican que, una vez que se reciba la sentencia completa de De Juana, ésta será enviada a la prisión para que, como se hace en todos los casos, se proceda a su reclasificación, según los criterios habituales. Por el momento, el Tribunal Supremo sólo ha notificado el fallo que reduce a tres años la condena de 12 que le impuso la Audiencia Nacional.
Es más que probable que la decisión final sobre el futuro penitenciario del etarra se adopte esta misma semana. Según explicaron fuentes penitenciarias, a mitad de semana, la Junta de Tratamiento del centro penitenciario de Aranjuez mantendrá su encuentro semanal. En ella, según señalaron estas fuentes, los profesionales de la prisión deberán pronunciarse sobre cuál debe ser el grado en que De Juana será clasificado. Su decisión, en ningún caso, es vinculante para la Administración penitenciaria. Su propuesta es elevada a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias que es la que decidirá finalmente si otorga desde el principio el tercer grado a este terrorista.
Criterio profesional
Según fuentes consultadas por el Gobierno, el Ministerio del Interior prevé atender la propuesta de la Junta de Tratamiento. En esta Junta, además del director y el subdirector del centro, están los psicólogos y los trabajadores sociales. Antes de que se produzca la decisión administrativa, la Audiencia Nacional deberá remitir al Ministerio el Interior la documentación que acredita cuántos son los días de condena del terrorista y cuántos ha cumplido ya.
En cualquier caso, es muy probable que desde el principio sea clasificado en tercer grado. No obstante, algunas fuentes no descartan que la Junta de Tratamiento del centro opte por clasificarle en segundo grado. Si esto fuera así, la inminente excarcelación quedaría congelada, siempre que se respete el criterio de los profesionales. Ante esta circunstancia, algunas fuentes apuntan que Prisiones podría trasladar el expediente del terrorista a otro centro más permeable a las decisiones de la Administración.
También existe otra posibilidad para que la Administración no atienda el criterio de la Junta de la cárcel, pero siga apostando por el criterio de los profesionales. Se trataría de convocar a la Central de Observación Penitenciaria, organismo adscrito a la Dirección General, que tiene posibilidad de revisar las decisiones de los profesionales de los centros.
Habitualmente Prisiones sigue el criterio de las Juntas de Tratamiento. En este caso, seguir la recomendación de los profesionales le amparará para evitar tomar una decisión política e impedir la excarcelación de De Juana antes de haber cumplido íntegramente la condena ya ratificada por el Tribunal Supremo.
Cabe la posibilidad, según explicaron estas mismas fuentes, que la Junta de Tratamiento se adelante y se realice una sesión extraordinaria. De esta forma, la decisión sobre este preso se resolvería antes de que se celebrara la reunión habitual, prevista para mitad de semana. Clasificar a De Juana en tercer grado no supondrá, en ningún caso, que abandone el hospital 12 de Octubre de Madrid, donde está ingresado tras declararse en huelga de hambre.
Según estas fuentes, una vez sea clasificado el interno, permanecerá ingresado en el hospital hasta que se recupere, una vez que ponga fin a su huelga de hambre. En caso de que estuviera en tercer grado, es más que probable que abandonara el recinto para presos y pasará a estar en otra habitación del hospital, como un enfermo más.
Tampoco se descarta la posibilidad de que el Ejecutivo, tras la clasificación del interno, aplique a De Juana los instrumentos del reglamento penitenciario para los presos enfermos. De esta forma se podría proceder a trasladarle a algún hospital del País Vasco aduciendo «causas extraordinarias». Para ello sería preceptivo tener sobre la mesa un informe del médico que le está atendiendo en el 12 de Octubre.