TERESA CRUZ. Corresponsal
LAS PALMAS.-
Su fechoría le ha costado ir a la cárcel de forma provisional. El pirata aéreo que secuestró el pasado jueves un Boeing 737, con dos pistolas en mano, ingresó ayer en la prisión de Salto del Negro, de Gran Canaria. La aeronave, que salío de Noakchot (Mauritania) y aterrizó en la base militar de Gando, junto al aeropuerto grancanario, fue secuestrada por Mohamed Ould Abderrahmane, un árabe de 32 años, que según fuentes policiales, pretendía dirigirse a Francia para pedir asilo político.
La magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Telde, Isabel Rodríguez Macareno, decretó ayer prisión provisional incomunicada, y le ha imputado el delito «de apoderamiento ilícito de aeronave, amenazas y tenencia ilícita de armas», según informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
Fue el piloto, de origen mauritano, quien se comunicó en inglés con el copiloto para advertirle de que en el momento del aterrizaje, una vez en Gran Canaria, daría un gran frenazo para desestabilizar al secuestrador, con el objeto de que, con ayuda de otros pasajeros, éste fuera reducido. El copiloto, que fue echado de la cabina por el delincuente, habló con los pasajeros para planear los pasos a seguir una vez que el avión tomara tierra. Tras el frenazo, Mohamed Ould perdió el equilibrio, y varios pasajeros se abalanzaron sobre él y le inmovilizaron.
En declaraciones a la Guardia Civil tras su detención, Mohamed Ould aseguró no formar parte de ninguna banda terrorista o grupo extremista, y que su acción fue realizada en solitario. Los pasajeros -un total de 71 personas, entre los que había varios niños- y los ocho tripulantes, fueron conocedores del secuestro desde un principio, ya que el comandante les avisó por megafonía.
El incidente ha puesto en cuestión la falta de seguridad en el aeropuerto mauritano; si bien, el cónsul general de Mauritania en Canarias, Abdou Ould Ahmed, señaló a EL MUNDO que probablemente alguien le facilitó la entrada al aeropuerto de Nuakchot, «porque los controles de Policía detectan todo».
Por otro lado, las críticas del Gobierno autónomo han ido dirigidas a la falta de información ofrecida desde la Delegación del Gobierno en las islas. Una excusa que ha servido al Ejecutivo regional para reclamar la creación de una Policía autonómica.
|