Domingo, 18 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6272.
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Valencianoparlantes por obligación
Un grupo de 57 padres libra una protesta contra la dirección de un colegio público por impartir asignaturas en la lengua autonómica
ISABEL MUNERA

La Comunidad Valenciana, gobernada por el PP, tampoco se salva de los conflictos lingüísticos. En el Colegio Público Serrano Clavero de Requena (Valencia) se ha desatado una batalla entre los padres que quieren que la educación de sus hijos sea en valenciano y los que prefieren que reciban la enseñanza en castellano.

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Requena es una pequeña localidad valenciana castellanoparlante de algo más de 20.000 habitantes, que perteneció al Reino de Castilla hasta 1851, cuando pasó a integrarse en la provincia de Valencia por motivos geográficos y comerciales más que históricos.

Tiene cuatro colegios públicos de Educación Infantil y Primaria. En tres de ellos, los alumnos reciben la enseñanza en castellano y el valenciano es una asignatura más, mientras que en el Serrano Clavero se puso en marcha hace dos años un Programa de Incorporación Progresiva Enriquecido (PIPE) y se dan en valenciano Educación Física, Educación Artística, y Conocimiento del Medio Natural y Social.

Este aumento del número de horas de enseñanza en valenciano ha despertado un aluvión de quejas. De momento, son 57 los padres que han presentado firmas a la dirección del centro para que se revoque el programa. «La lengua materna de mi hija es el castellano. No quiero que dé asignaturas como Conocimiento del Medio en un idioma para ella desconocido», comenta una madre que tiene una hija en segundo de Primaria. «En casa no hablamos en valenciano y en Requena, en la calle, nadie lo habla tampoco», añade.

Sus quejas se dirigen, sobre todo, a la forma en que se ha implantado este plan en el centro. «Al finalizar primero, la tutora de mi hija nos paso un papel confundido entre las notas para que lo firmáramos en el que dábamos nuestra autorización para que se pusiera en marcha en el centro el PIPE, pero yo no estaba de acuerdo y así se lo hice saber a los responsables del colegio», explica esta madre.

El jefe de Estudios en aquel momento le explicó a los padres que no parecían dispuestos a firmar que podían probar durante un año y que si no estaban de acuerdo, en el siguiente curso académico se volvería a solicitar su consentimiento. «Nos dijeron que si no aceptábamos, nuestras hijas iban a dar clase en los pasillos del colegio o en los servicios. Al final firmé aquel documento porque pensé que si era algo votable cada año, podría cambiar de opinión si no me convencía», afirma la misma madre.

Sin embargo, para su sorpresa, en el siguiente curso académico la dirección del centro no volvió a pedirles su autorización; algo que niega el director del colegio, quien afirma que el plan ha contado siempre con el consentimiento de los padres.

De hecho, el director general de Enseñanza de la Generalitat valenciana, Josep Vicent Felip, comentó a este periódico que la incorporación de un centro a este plan de Educación bilingüe «es una cuestión totalmente voluntaria por parte de las familias y es imprescindible contar tanto con el acuerdo del claustro como del Consejo escolar del centro, así como con la autorización de todos los padres cuyos hijos vayan a iniciar el programa».

«No pueden obligarnos a que nuestros hijos estudien en valenciano. No estamos contra nadie. Queremos mantener el espacio de convivencia. Aquí cabe todo el mundo», comenta un padre, pero «no entendemos por qué no podemos decidir en qué idioma queremos educar a nuestros hijos», añade otra madre.

Pese a las quejas, el director del centro sostiene que se trata de una polémica artificial. «Sólo un 5% de los padres no está de acuerdo con el programa, constituyen una minoría. Además, hay otros padres que también están presentando firmas para que se mantenga», sostiene el director, Manuel Abad.

Sin embargo, los padres que se han quejado matizan que no pretenden con su actitud «privar a nadie de hablar en valenciano» sino sólo que se cumpla lo que establece la ley, esto es, la posibilidad de que se pueda elegir la lengua en la que se quiere que se reciba la enseñanza.

Algo que, en opinión de Abad, pueden hacer los padres que se quejan, ya que «en Requena hay otros centros donde se puede estudiar en castellano. El Serrano Clavero es el único colegio donde los ñiños pueden estudiar en la lengua de su comunidad», subraya.

Esta sugerencia no tranquiliza, sin embargo, a los padres que no están de acuerdo. «¿Por qué tenemos que cambiar a nuestros hijos de colegio?, se pregunta una madre indignada. «Cada vez que le menciono a mi hija la posibilidad, se echa a llorar, tiene a todos sus amigos aquí».

Las quejas se han hecho oír también en Valencia. Desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno autonómico se está estudiando el asunto.

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