La rutina en un país cuyos telediarios dedican los 15 primeros minutos a las actividades de la Casa Real sin omitir, algunas veces, la lectura integral de los telegramas (felicitaciones o condolencias) que recibe el soberano de sus pares. Lo único que saben los marroquíes de sus gobernantes es lo que quieren éstos que se sepa. Los entresijos, las riñas y las luchas internas no son del dominio público. Pero la información sobre la presencia de Mulay Rachid en la feria esconde en realidad el discreto semi exilio de este príncipe. Según ha podido saber EL MUNDO, el hijo menor de Hasan II ha decidido exiliarse voluntariamente a Estados Unidos después de haber sido marginado en el Palacio Real.

Cinco años después del exilio de otro príncipe, Mulay Hicham, primo del rey y tercero en la línea de sucesión al trono, que fue abundantemente comentado por la prensa marroquí, el de Mulay Rachid ha sido cuidadosamente ocultado. Los dos hermanos habrían convenido en que Mulay Rachid siga asistiendo a algunos actos protocolarios y que represente de vez en cuando al rey en el extranjero. Se espera que su aparición pública (como esta semana en Cannes para la Cumbre de países francófonos) aplaque la inquietud de la clase política marroquí que podría alarmarse por una larga ausencia del segundo personaje del Estado.

Según fuentes fidedignas, las razones de este semi exilio tienen que ver con asuntos de Estado pero también con rencillas personales. Los que piensan que Mulay Rachid tiene una visión de Estado creen que ha llegado a la conclusión que su punto de vista de cómo llevar los asuntos del país (que sería próximo al de su progenitor) no concuerda con el de su hermano, el rey Mohamed VI. «Mohamed VI no le escucha y no quiere involucrarlo en la gestión del país», comenta una fuente diplomática extranjera en Rabat.

«Mulay Rachid había querido ser el representante personal del rey en el extranjero, pero los dos mandamases del régimen, el ministro delegado de Interior, Fuad Ali El Himma, y su homólogo de Exteriores, Tayeb Fasi Fihri, han convencido al rey para que no lo hiciera», recalca otra fuente que recuerda que Hasan II había nombrado a su hermano menor, Mulay Abdalah, a ese prestigioso puesto como «señal de confianza».

En Rabat, algunos estiman también que el rey tiene razones personales para apartar a su hermano. Mulay Rachid sigue manteniendo una fluida aunque secreta relación con el antiguo ministro de Interior, Dris Basri, considerado «el gran enemigo» por el Jefe de Estado. En su exilio parisino, el ex hombre fuerte de Marruecos, no confirma la información sobre sus encuentros con Mulay Rachid, pero tampoco la desmiente. «El príncipe es una víctima, como todos nosotros», comenta el ex ministro antes de colgar el teléfono.

Según ha podido saber este diario, el príncipe se retirará a su residencia de Greenwich, condado de Fairfield, en el Estado de Connecticut, una ciudad considerada de las más ricas de Estados Unidos.