IGNACIO ORTEGA. Efe / EL MUNDO
MOSCU.-
El nombramiento de un civil, Anatoli Serdiukov, ex jefe de la agencia tributaria, como nuevo ministro de Defensa ha causado estupor en las filas del Ejército ruso, informaba ayer la prensa rusa.
«Es un escupitajo en la cara. Una humillación para el Ejército y los uniformados. Es un día de luto para las Fuerzas Armadas», aseguró el general Leonid Ivashov, ex jefe del Departamento de Cooperación Militar Internacional del Ministerio de Defensa, en declaraciones a la emisora Eco de Moscú.
Oficiales del Ejército manifestaron al diario Kommersant su «estupor» por el nombramiento de Serdiukov, economista sin antecedentes militares que se ganó el favor del Kremlin en la campaña de acoso y derribo contra la petrolera Yukos. Uno de los altos mandos de las Fuerzas Armadas reveló al diario que ninguno de los miembros del Estado Mayor conocía personalmente a Serdiukov.
Cuando se les reveló la noticia, muchos creyeron que se trataba del gobernador de Leningrado, Valeri Serdiukov, por lo que su sorpresa fue mayúscula cuando conocieron la verdadera identidad del nuevo ministro. Serdiukov, de 45 años, sustituye en el cargo a Serguei Ivanov, ex general de los servicios secretos soviéticos (KGB) y titular de Defensa desde marzo de 2001. Al anunciar su nombramiento, el presidente ruso, Vladimir Putin, explicó que deseaba colocar a un civil al frente del ministerio para que se encargara de administrar las finanzas de las Fuerzas Armadas.
Su única vinculación con las Fuerzas Armadas es que sirvió durante 18 meses en el Ejército (1984-85) en los albores de la perestroika. Entre 2000 y 2004, el nuevo ministro ostentó el cargo de jefe de la agencia tributaria en San Petersburgo, para después ser trasladado a Moscú.
Funcionario implacable
Su imagen de funcionario implacable con la corrupción le valió en julio de 2004 un nombramiento como jefe del Servicio Federal de Impuestos de Rusia, organismo adscrito al Ministerio de Finanzas.
Durante estos dos últimos años, Serdiukov se entregó en cuerpo y alma a perseguir a los morosos, especialmente entre las grandes corporaciones rusas y, en concreto, a Yukos y a su fundador, Mijail Jodorkovski. Serdiukov fue el encargado de interponer ante el Tribunal de Arbitraje en marzo de 2004 una demanda contra la mayor petrolera de Rusia por impago de 99.000 millones de rublos (más de 3.500 millones de dólares) en concepto de impuestos. Esta demanda condujo a la confiscación de los activos de Yukos y posteriormente a la detención, procesamiento y condena a ocho años de cárcel de Jodorkovski.
Putin ha encargado a Serdiukov la misión de garantizar la transparencia en la asignación de los fondos para la modernización y rearme del Ejército ruso, que este año recibirá más de 30.000 millones de dólares del presupuesto.
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