Domingo, 18 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6272.
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DINERO FRESCO
Sopla 'vent du nord' contra los sueldos de FG y Sáenz
que el presidente del BBVA impulsaba la importante compra del Compass en Alabama ha trascendido que gana al año 1.630 millones de las antiguas pesetas, cien veces más que ZP y por encima incluso que el consejero delegado del grupo Santander. A este paso, pronto llegará a España el actual debate francés al respecto. / Por
Carlos Segovia

En la misma semana

El mendigo habitual que toca el clarinete junto a la puerta de la sede del BBVA en Madrid interpretaba en la mañana del viernes Hello Dolly ajeno completamente a que el presidente del banco, Francisco González (FG), llevaba desde las 6.30 horas en el edificio enfebrecido por la operación más importante de su carrera: la compra del Compass Bancshares. Un banco sureño de Estados Unidos que le cuesta al BBVA 7.300 millones de euros.

FG presentó la operación al alba a un adormilado, pero solemne, consejo de administración como un acontecimiento «histórico» y hace que el banco de origen vasco fundado en el siglo XIX gane ya el doble de dinero al otro lado del Atlántico que en el «decreciente» -FG dixit- mercado español.

Para el presidente del grupo Santander, Emilio Botín, la operación de su rival es apenas medio Abbey y el Compass -pagado a precio de oro- tiene menos activos que el Banco Sabadell, pero FG recuerda que sitúa al BBVA en una posición insospechada para una entidad española en una zona de tan alto crecimiento económico como es México y el sunbelt, el cinturón sureño de EEUU. Es decir, el territorio del viejo virreinato de Nueva España del imperio de Felipe II, Texas incluída. De hecho, si ahora se rodara la serie televisiva Dallas, es posible que el malvado protagonista JR Ewing intentara alguna de sus operaciones financieras en una sucursal controlada ya por FG. Por cierto, algún JR hizo dinero el jueves con información privilegiada comprando acciones de Compass. Su cotización subió más de un 4% en las últimas horas de la sesión y -ay, ay, ay- no pocas órdenes de compra llegaron desde España en un momento en el que el BBVA no había aún informado al mercado.

Pero el caso es q ue el BBVA se va convirtiendo en una entidad global indiscutible, que ha preferido salir de Iberdrola después de más cien años de histórica vinculación, para poner pie en Texas y hasta en Florida. El ex presidente de Iberdrola, Iñigo de Oriol, no querrá que nadie le recuerde ahora que fueron los consejeros del BBVA los que le vetaron hace siete años la compra de la eléctrica Florida Power.

«El mundo se mueve muy rápido», no cesa de repetir FG, que ha vivido una semana de mucha presencia pública. Su banco remitió el pasado miércoles a la CNMV su informe de gobierno corporativo, incluido el sueldo de FG y de sus altos ejecutivos. El hombre que accedió a la presidencia del BBVA tras presidir la ex estatal Argentaria, se ha convertido en el ejecutivo mejor pagado del país con 9,78 millones de euros en 2006, entre salario fijo y retribución variable acumulada.

Es decir, 1.630 millones de las antiguas pesetas, lo que significa cien veces más que José Luis Rodríguez Zapatero. Paco gana incluso más que su admirado Raúl, el capitán del equipo madridista y su retribución se sitúa también por encima de la de Alfredo Saénz, el número dos del Santander que, a la espera de actualización, gana oficialmente 7,1 millones de euros.

Estas ganancias se ajustan a la legalidad y no son descabelladas si se comparan con los de otros ejecutivos de grandes entidades europeas -y no digamos las estadounidenses-. Pero está claro que no son necesarias para administrar lealmente una sociedad y a este paso van a provocar creciente irritación entre las decenas de mileuristas empleados o deprimidos prejubilados. El debate crecerá.

El Tribunal Supremo absolvió el pasado julio a Botín por propinar a Angel Corcóstegui y a José María Amusátegui, 108 y 43 millones de euros respectivamente en concepto de jubilación. Los magistrados de la Sala de la Penal -que no son precisamente los peor pagados de la Administración- se basaron en que no hay legislación que limite el libre mercado en la concesión de sueldos y retribuciones. Pero sí dejaron para la jurisprudencia su opinión: lo que recibieron los dos ex banqueros «transgrede ostensiblemente los topes máximos que rige la ética y pueden repugnar socialmente».

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Manuel Conthe, se preguntó recientemente que «si la CEOE preconiza el abaratamiento del despido, ¿por qué luego no se opone a los blindajes de los presidentes de las grandes compañías?».

Conthe fue uno de los más talibanes en los debates de su grupo para unificar el Código de Buen Gobierno para incluir que los altos ejecutivos tengan que someter al menos, «a consulta», a la junta de accionistas sus subidas de retribución. Esta iniciativa tendrá recorrido tarde o temprano y el propio Conthe, por cierto, deberá hacer públicos sus ingresos.

Más importante puede ser el vent du nord que llega de Francia. La candidata socialista, Ségolène Royal, y el teórico liberal adalid del libre mercado, Nicolas Sarkozy, están de acuerdo en algo y es en que no se podrán promover necesarias reformas laborales sin poner coto a estos sueldos de escándalo.

Sarko, favorito de momento a la presidencia de la República sostiene que «el capitalismo no sobrevivirá si no respeta un mínimo de reglas éticas» y que él no está de acuerdo «con grandes salarios que no se corresponden ni con un gran riesgo ni con un gran trabajo (...) Estas prácticas dan armas a los enemigos del sistema». En su libro Témoignage, alerta sobre que los empresarios no pueden seguir hinchando sus bonus, mientras exigen al mismo tiempo ajustes salariales a los trabajadores. También quiere penalizar fiscalmente a los fondos de inversión que especulen en Bolsa y compren industrias para trocearlas y hacer caja.

Tanto él como Royal provocarán un debate inevitable en la Unión Europea en el que será demasiado fácil comparar. Por ejemplo, esta misma semana se podía ver cómo cuesta casi lo mismo -150 millones de euros- despedir a FG y dos altos ejecutivos como José Ignacio Goirigolzarri y José Maldonado que la indemnización pagada a Costa de Marfil por la multinacional holandesa Trafigura por un vertido tóxico que envenenó a 50.000 personas.

En favor de FG o de Sáenz hay que decir que se retratan con mucha más transparencia que otros, que también ganan bastante y sin que sus entidades vayan tan bien. Pero en la era de la responsabilidad social corporativa, ojo al viento del norte y al mendigo del viernes, que, viendo su escasa limosna, siguió con el sombrío Adagio de Albinoni.

carlos.segovia@elmundo.es

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