Domingo, 18 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6272.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Crónica
Nueva economia
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
En un Estado totalitario se ocultará a la gente todo lo que pueda crear descontento (Friedrich Hayek)
 ULTIMA
TESTIGO IMPERTINENTE
Trotando en Cibeles con las ministras
CARMEN RIGALT

La peor de la Pasarela resultó ser la cordobesa Juana Martín

Dos de los triunfadores han sido March y Oliva

Elena Salgado se fue escopetada tras el desfile, lo que me impidió preguntarle si cree en el 'glamour' o sus fundamentos no se lo permiten

Pasarela Cibeles ha cerrado sus puertas y Arco ha abierto las suyas. El arte da paso al arte, con permiso del mercado. En el carnaval de Tenerife, el bailarín Rafael Amargo ha puesto precio a una gamberrada. La vida es así. Isabel García Marcos celebró hace unos días su rentrée televisiva con dos comparecencias (apañadas por la agencia Korpa) que le reportaron la suma de 120.000 euros. Aquí hasta el que más pierde, gana. La jeta cotiza mucho.

En Pasarela Cibeles no ganó nadie, pero las apuestas triunfaron. Antes de empezar, la gente ya había decidido quién sería el mejor. Con el suspense atrofiado, yo quise dedicarle mi crónica al peor. La elegida resultó ser Juana Martín, aquella cordobesa que perpetraba volantazos desde la pasarela (a punto estuvo de mandarnos a las páginas de sucesos). Tiene su mérito, no crean. Convertir un signo de identidad en arma homicida es una proeza.

El desfile de Martín fue monocromático (puro negro) y las modelos trotonas (las modelos de ahora no caminan: trotan) parecían hijas de Bernarda Alba. Con todo, las desafortunadas expectativas no se cumplieron y Juana, que en esta edición se había propuesto (¡sorpresa, sorpresa!) suprimir los volantazos, salió del atolladero y se situó en la zona de promoción. Su público (especialmente las políticas castizas que la han arropado desde el principio: Maleni, Rosi, Carmeli, Mari Espe) celebra que el esfuerzo haya valido la pena.

En el orden de los desfiles, la cordobesa sucedió a dos de los triunfadores de esta edición de Cibeles, Carmen March y Juanjo Oliva, con quienes brindé en el jardín de Moët, reconvertido en kissing room. Muá, muá. Anda que no repartí yo besos animada por el punto del champán. Fue allí donde conocí al top model masculino Andrés Velencoso, una especie de Darek, pero en catalán universal: está en todas las vallas del mundo. Velencoso no necesita adosarse a mujeres famosas para obtener favores, pero nos dejó plantados por Mercedes Milá, que lo había fichado para comer. Quién sabe: a lo mejor también se lo merendó.

Elena Salgado evitó el champán y los besos. Tras el desfile, la ministra se había ido escopetada, lo que me impidió preguntarle si cree en el glamour o sus fundamentos no se lo permiten. Me pega que Salgado, aficionada a saltar por el monte como las cabritillas, no pierde la salud enfundándose en trajes de noche de Valentino.

Y del kissing room al backstage. Era la primera vez que me enfrentaba yo a semejante nomenclatura. El lenguaje adorna mucho las cosas, pero la realidad siempre se encarga de desnudarlas. Los trajes, cuando están colgados de los percheros, son ropa inanimada, muda de serpiente, boceto muerto. El trote famélico de las modelos es el alma de la moda, ese toque humano que a la postre acaba resultando divino.

Ni los malos fueron los peores ni los buenos resultaron buenísimos. En la hora del recuento, Angel Schlesser (apoyado por la Infanta Elena) perdió puntos, igual que Modesto Lomba, Victorio y Lucchino, y algún otro que ya está difuminado en la lista, como Larrainzar. Brillaron en cambio Miriam Ocariz, Ailanto, March, Oliva. Mantuvieron su clásica aureola Jesús del Pozo, Montesinos y Miguel Palacios. Aparte, sorprendieron los tejidos tecno de Agatha y Amaya (ellas nunca se acomodarán a la mediocridad), las cabezas locas de Díez, la exquisitez íntima de Andrés Sardá y el hombre bipolar de Locking Shocking.

El viernes a última hora de la tarde, la carpa de Cibeles se quedaba en los huesos. Los últimos desfiles estaban reservados a los peleteros Olga Ríos y Miguel Marinero. Ella traía pieles para la calle. Él, pieles para el lujo. Fue entonces cuando la naturaleza entonó una sinfonía eólica que por poco revienta la carpa. Jean Louis Ma-thieu, al frente de un comando de apoyo para Marinero (famosos, o sea) apretaba su amuleto. Las paredes de lona se inflaban como velas abandonadas en alta mar. A la puerta, una limousine frenó en seco y de ella descendió Cuqui Fierro bañada en perfume de nardos. El viento, encabronado, agitó la escena. Cuqui luchaba con las varillas de su paraguas abierto. A punto estuvo de ascender a los cielos como Mary Poppins.


Dos eran dos: Corulla y García Marcos

CLAVES. La operación Malaya sigue produciendo frutos. Los exegetas del sumario destapan poco a poco sus hallazgos ( interpretar un sumario tan denso es como descifrar la piedra roseta). La testaferro Montserrat Corulla se destapa definitivamente como una de las piezas clave del entramado. Sus mensajes y contactos están centrados en tres personajes: un torero llamado Ignacio con quien mantiene conversaciones en la linea de Charles-Camilla; un personaje al que califica como «el enano» y en el que se identifica a su actual pareja, Gonzalo Muñoz; y una amistad oculta tras la inicial A. a quien se alude en repetidas ocasiones como si fuera una tabla de salvación. Las conversaciones íntimas han sido eliminadas, excepto la que mantiene con el torero Ignacio, que a lo mejor no es torero ni se llama Ignacio.

Isabel García Marcos es una aprendiz al lado de Corulla, pero su actitud histriónica y envalentonada le ha valido gran animadversión. Salió de la cárcel como un miura y se autoproclamó presa política, pero en su historial hay más economía que política. Javier Gómez de Liaño ha sido su abogado defensor hasta hace pocos días, en que presentó la renuncia. Una de dos: o Isabel se subió a la parra del dislate al reencontrarse con el dinero (los 120.000 euros de Antena 3) o el abogado dejó de creer en ella y por tanto, en su defensa. Javier Gómez de Liaño es un hombre bueno químicamente puro. De eso pueden dar fe quienes le conocen, da igual en qué lado de la barricada estén. Se hizo cargo de la defensa de Isabel por amistad con los hermanos, pero su paciencia tocó fondo. A partir de ahora, ni abogado defensor ni ángel de la guarda. García Marcos acabará yendo a Mira quién baila a bailar un pasodoble con el Dioni.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad