El Consistorio barcelonés ha previsto un plan de reforma del barrio, proyecto definido por los vecinos como «el pan de los ascensores», y que prevé mejorar la situación de muchos inmuebles del barrio. El proyecto decidido por el Ayuntamiento de Barcelona prevé construir ascensores en los edificios altos del barrio debido al elevado número de gente mayor que en ellos viven, pero debido al reducido tamaño de las escaleras, para llevarlo a cabo es necesario expropiar a un vecino por rellano, lo que ha provocado el rechazo de varias asociaciones vecinales.

Mientras, los vecinos denuncian que el Ayuntamiento no informa de manera suficiente, es más, acusan al Consistorio de no haber dado toda la información necesaria para saber cómo se desarrollará el plan.

Es más, la asociación de vecinos critica que el concejal de Ciutat Vella, Carles Martí, «no ha venido a explicar nada, sí hemos tenido dos reuniones con él para trasladarle nuestras opiniones, pero no ha aceptado realizar una asamblea de barrio», señalaron ayer desde la agrupación vecinal.

Por este motivo, ayer mismo comenzaron a protestar de forma pública ante los ciudadanos. Fue el primer acto que se ha llevado a cabo pero no el último. Un grupo de vecinos pasó la mañana y el mediodía de ayer repartiendo folletos informativos en los que explicaban la situación del barrio. Los habitantes de este barrio reclaman una «moratoria del plan hasta que no haya un estudio del impacto social que el plan pueda tener en el barrio y un proceso de participación real», además de pedir que «el plan recoja así las necesidades que tiene el barrio».

Otro de los puntos que consideran importantes es «que el plan incluya las medidas sociales y asistenciales que necesita La Barceloneta». Y es que ya son varias las asociaciones de vecinos que se ha unido para reclamar lo que consideran sus derechos.Entre ellos, piden que el barrio «se proteja como patrimonio histórico que es, incluidas las tradiciones y costumbres de las diferentes personas que viven en él».

También reclaman que «la aplicación del plan sólo se dé si cuenta con la voluntad y el acuerdo de todos los vecinos. Todo, porque recuerdan: «Queremos que se evite el conflicto social». Así que insisten, en los panfletos repartidos ayer y en sus comunicados internos, que «bajo ningún plan que haya para la Barceloneta se contemple la posibilidad de que haya vecinos que tengan que marcharse del barrio cuando no quieran hacerlo». Y añaden: «No queremos que el barrio sea pasto de la especulación, ¡que el Ayuntamiento nos escuche! La Barceloneta es un barrio histórico y se tiene que conservar».

Los organizadores de la protesta de ayer aseguran que el Ayuntamiento de Barcelona decidió este plan de reforma de la zona con algunas entidades «que no representan el total del barrio y que desconocían que al reclamar ascensores sacarían a la calle a sus vecinos».Además, los vecinos que están en contra de la reforma del barrio, aseguran que tan sólo los 120 primeros que se acojan al plan podrán recibir una vivienda en el mismo barrio, mientras que el resto tendrá que marcharse.

Por todos estos motivos, estas entidades estudian organizar más movilizaciones. Entre las futuras protestas figura una concentración en la plaza Sant Jaume, delante de la sede del Ayuntamiento, que podría tener lugar a lo largo de esta semana.