INMA LIDON
Los últimos enfrentamientos entre el Valencia y el Barcelona han estado cargados de tensión deportiva y tintes políticos. Ayer volvió a suceder. La grada de Mestalla decidió castigar a Oleguer Presas por su marcado activismo político y la última polémica en la que se ha visto envuelto, al criticar en un artículo al Estado de Derecho y la independencia judicial en el caso del etarra De Juana Chaos.
Cada vez que el lateral tocaba la pelota, la afición valencianista silbaba sin cesar. Lo que parecía que sería un castigo sólo durante los primeros minutos del partido se convirtió en una costumbre que mantuvieron durante todo el encuentro. Oleguer ya había podido comprobar que a los seguidores valencianistas no les gusta que las ideas políticas se mezclen con el fútbol y menos si éstas defienden que la Comunidad Valenciana forma parte de los denominados Països Catalans. Cuando el Barcelona llegó a los aledaños de Mestalla, al futbolista catalán le esperaba una pancarta: Fora Barça. Oleguer, Valencia is not Catalonia (Fuera Barça. Oleguer, Valencia no es Cataluña). Después, pudo comprobar cómo al saltar al campo se formaba un mosaico con el nombre del equipo y los colores de la senyera valenciana: azul, amarillo y rojo.
Las manifestaciones políticas de Oleguer no sólo han despertado antipatías, sino que le han ocasionado algunos problemas. El lateral saltó al césped con unas botas totalmente negras después de que la firma alicantina Kelme, que le patrocinaba desde hace nueve temporadas, le retirara su apoyo hace dos semanas. /
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