El Racing empuja al Nàstic hacia el descenso / EL MUNDO

SANTANDER.- La alegría en casa del pobre no es que dure poco; es que no dura nada. Eso deben pensar en Tarragona. Sin jugar bien y fallándolo todo, el Racing, un equipo parco en goles pero en racha, goleó a un tímido colista que hace muchas jornadas que huele a Segunda. El 0-1 de Grahn a la hora de partido se convirtió contra todo pronóstico en el epitafio del Nàstic y sirvió de acicate a un Racing hasta entonces dormido pero que en 20 minutos pasó por encima a los catalanes para marcar cuatro goles a Bizarri en un encuentro que parecía muerto.

Pese a todo, los catalanes se llevaron mucho más castigo del que merecían. En el primer tiempo, soso, aburrido y ramplón, trataron de tú a tú a un Racing que, pese a los agobios que llevaron Merino y Portillo a la portería de Toño, eran los únicos capaces de crear auténtico peligro. Porque fue precisamente la sucesiva y alarmante falta de puntería de Colsa, Vitolo, Zigic y Munitis la que les permitió irse al descanso con un empate que hacía justicia al juego de unos y otros.

Tras el descanso empezó otra historia. Sólo la intervención de Toño salvó a los cántabros en el primer minuto, con un Racing despistado que poco después se dejaba sorprender a la contra para que Grahn, aprovechando un tres contra uno en una perfecta triangulación, adelantara a los jugadores de Paco Flores.

Enrabietado, el Racing estaba decidido a romper el tópico que dice que el que perdona pierde, y acto seguido Scaloni se sacó de la manga un espectacular disparo desde fuera del área que empataba el encuentro y ponía el punto de partida para un cambio de marcha de los cántabros.

Para ponérselo aún más fácil, Navas, Matellán y Bizarri se hicieron un lío entre sí para regalar un gol en propia meta en un balón bombeado que perseguía Zigic, un tanto que marcó el final del partido y el comienzo de un monólogo cántabro rematado por Colsa, asistido de saque de falta por Cristian Alvarez, y por Zigic, tras excelente jugada personal de Munitis.