ESPANYOL 3
MALLORCA 1
Kameni
Chica
Torrejón
Jarque
David Garcia
Moisés
Jônatas
Coro
Luis García
Moha
Tamudo
Cambios: Costa por Jónatas (min. 59)
Pandiani por Coro (min. 61)
Riera por Moha (min. 74)
Prats
Héctor
Ballesteros
Nunes
F. Navarro
Varela
Basinas
Jordi
Jonás
Jankovic
Maxi López
Cambios: Pereyra por Basinas (m. 53)
Víctor por Varela (min. 81)
s.c.
Arbitro: Ayza Gámez
Tarjetas amarillas: Chica, Costa, Varela.
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 1-0: Luis García (min. 28). 1-1: Jankovic (min. 43). 2-1: Luis García (min. 79). 3-1: Costa (min. 94).
O. LLUIS COMPANYS. 18.550 ESPECTADORES.
BARCELONA.- Cuesta mucho subvertir la aplastante lógica del fútbol, según la cual los buenos equipos ganan a los mediocres. Aferrado a esa máxima, sin un sólo exceso y a base de individualidades, el Espanyol se bastó para ganar a un Mallorca sin recursos.
Se parecen los equipos a los jugadores que tienen sobre el campo, y por eso sorprende que entrenadores y secretarios técnicos configuren según qué equipos y plantillas. El Espanyol se movió desde su tradicional parsimonia, sabedor de que este año no pasará aprietos. La escasa imaginación de su doble pivote -Moisés y Jónatas no crearon nada en absoluto- la compensa a duras penas con la honradez de gentes como David García, Chica, Torrejón, y sobre todo con los destellos de calidad de Tamudo y Luis García.
Enfrente apareció un rival necesitado y exigido por los rigores de la clasificación, lo que le concedía a priori, y viendo el trantrán de los blanquiazules, una cierta ventaja. Pero ocurre que es el Mallorca un equipo de grandes colosos y atletas hercúleos -de no cobrar, protagonizarían gloriosos calendarios masculinos- pero, sin embargo, los Ballesteros, Maxi, Nunes y compañía no entienden la naturaleza del balón.
La primera ocasión del choque no llegó hasta el minuto 15, cuando Jankovic malogró una magnífica asistencia de Jonás. Instantes después, el Espanyol asustó por primera vez a Prats con un remate de cabeza de Moisés.
Con Jónatas perdido, el Espanyol apenas trazaba jugadas en ataque y se vio obligado a recurrir al contragolpe y a los envíos largos como único recurso. La movilidad de Tamudo y su fe a la hora de lanzar desmarques acabaron siendo decisivas para que el Espanyol lograra pisar campo contrario, y propiciaron también el primer gol del partido.
El capitán bajó a recibir ladeado a la izquierda y se lanzó a por la corona del área rival. Héctor le zancadilleó -en una falta muy discutida- y Luis García volvió a demostrar que a balón parado es uno de los grandes de la Liga e hizo inútil la tímida palomita de Prats.
Al Mallorca le costó reaccionar por los pocos balones que Basinas lograba cazar entre las trincheras del medio campo. El empate lo logró en una acción de Jonás, que con la baja de Arango es el hombre más desequilibrante de los baleares. El argentino se fue por velocidad de Chica y sirvió un dulce en la boca de gol a Jankovic.
En la reanudación, los de Manzano estuvieron de lograr el 1-2 en un cabezazo de Maxi y el partido siguió en la misma dinámica de errores y poca fluidez. Con los futbolistas más cansados, se sucedieron las pérdidas de balón y el signo del partido quedó a expensas de alguna jugada aislada. No tenía el Mallorca nadie en disposición de desequilibrar, sí el Espanyol, donde Riera había entrado dispuesto a amargar a su ex equipo.
El extremo rubricó la victoria blanquiazul asistiendo a Luis García -que con ocho goles iguala a Tamudo como pichichi espanyolista- y firmó otra acción de mérito en la sentencia de Costa, que llegó en el añadido. El brasileño celebró su gol sacando su vena charcutera y demostró que la crispación que sacude al fútbol español alcanza también a los equipos que, ganado el derbi y con la permanencia asegurada, darían gustosamente por acabada la Liga.