En la pasada Navidad condenó a sus jugadores sin descanso, después de perder por 48 puntos con el Unicaja. «Me paso el convenio por el forro de un sitio. Este equipo entrenará hoy y el martes. Ninguno de mis jugadores viajará estos días. Las vacaciones corresponden a quien las merece y el que no lo merece, se queda fuera», explicó Manel Comas, entrenador del Caja San Fernando.
A principios de febrero, en el encuentro ante el ViveMenorca, decidió prescindir de Demetrius Alexander en el quinteto inicial, como toque de atención previo a la Copa del Rey. Ya en Málaga, luego de ceder con el Tau, señaló: «Alexander ha jugado blandito. Tiene la obligación de meterla para abajo [machacar] y hoy no lo ha hecho». De otro de sus subordinados comentó: «No ve bien», como justificación de su bajo acierto en el tiro exterior. Y ayer, pasada una semana del fracaso copero, tras caer derrotado con el MMT Estudiantes (91-78), explotó la rabia alimentada varios meses. «Son gilipollas», calificó a su plantilla, y El Sheriff prosiguió: «A partir de ahora, sólo me va a valer trabajar y si tengo que actuar con seis, jugaré con seis. El resto se mantendrá sentadito».
Aún se reservó un neologismo grueso para el apático Demetrius Alexander: «Es un NAF. ¿Queréis que os traduzca NAF? Significa Negro Atlético Fraudulento, y de mí no se va a reír más», explicó en rueda de prensa, en declaraciones recogidas por Efe. Comas se responsabilizó del fichaje del ala-pívot -«si se tiene que quedar fuera se va a quedar fuera»-, con quien coincidió en el Fórum de la temporada 2004-05. La polémica acompañó al entrenador en Valladolid.
A Turner le recomendó que asumiese «que está en la cuesta abajo de su carrera» y respecto a Montáñez opinó: «Si fuera verdaderamente el tipo que cree ser no estaría en el Fórum Valladolid». Como despedida de la ciudad dejó: «Lo malo de este club es que no tiene proyecto».
Manel Comas, 24 campañas en el primer plano, con 10 entidades en su historial y químico de formación, siempre se ha movido en terrenos extremos. A los árbitros les ha acusado varias veces de «manipular la competición» y en el Barça, el pívot estadounidense Jerrod Mustaf llegó a implorar: «Necesitamos cambiar de técnico».
Son innumerables las proclamas impactantes del preparador catalán. De las recientes, las más espectaculares llegaron a finales de octubre de 2005.
Akasvayu.
Entonces trabajaba en el Murcia (LEB, Segunda División) y, cuando le preguntaron por el Akasvayu, respondió: «Yo, que soy de esa zona, no conozco la empresa Akasvayu. He hablado con amigos, entre ellos arquitectos, y también aseguran no conocer esa constructora. Dicen que detrás de ese club hay un ruso y delante un testaferro, y hasta aquí puedo leer». Sobre la situación del equipo de Girona, insistió: «Comentan que es mucho Ferrari para tan poco conductor [el entrenador Edu Torres] y que hay un técnico que actualmente comenta partidos en Televisión Española [Javier Imbroda], cuyos comentarios dan ganas de dormir, que puede entrar pronto en ese grupo».
Días después de esas declaraciones, plantaba al Murcia y fichaba por el Caja San Fernando. Esta campaña persigue un puesto de playoff, y el desliz de ayer le encendió. «Estudiantes tuvo dos cojones como el caballo de Espartero», alabó, sin perder la ocasión para un nuevo golpe a su gente: «Nosotros tenemos dos aceitunitas. Hay colectivos en la Liga femenina que tienen más ovarios que nosotros». Hace años que Comas, genio y figura, precisó sobre sí mismo: «Midiendo 1,69 metros, para entrenar a tíos de 2,15 hay que estar un poco loco».