LIDIA YANEL. Especial para EL MUNDO
TALAVERA. - El fin de semana en El Real de San Vicente se preveía festivo por los carnavales y, además, el domingo amaneció con un sol invernal que animaba a subir a la sierra. Fue lo que hicieron bastantes vecinos de este municipio toledano al levantarse: marcharse al campo. Pero no tanto para despejarse de la rutina de la semana como para sosegarse de la noticia que a muchos no les había dejado dormir: Gregorio Ramos Rubio, de 59 años, el hombre «amable» que «cuidaba con amor a su madre enferma de alzheimer y que estaba siempre pendiente de su familia», Gregorio el Culebro había matado, seguramente con un hacha, a su madre, a su esposa y a su hijo de 27 años mientras dormían antes de desplazarse a Talavera de la Reina; había intentado lo mismo con sus dos hijas, de 22 y 25 años, y se había suicidado arrojándose desde un noveno piso.
Desde primera hora del domingo había periodistas en la hermosa localidad de El Real de San Vicente, pero también había menos vecinos que el sábado en la plaza. Muchos estaban callados, casi todos conmocionados y un gran número tristes ante la desgracia de la familia y de todo el pueblo. El alcalde, Antonio Rubio, lo resume: «Éste es un pueblo que convive de una forma muy directa y que tiene un trato social entre sus vecinos muy bueno; lógicamente, estos sucesos llegan muy hondo». El mismo alcalde está afectado porque el Culebro era quinto suyo y se conocían desde niños.
A Gregorio se le practicó la autopsia en el tanatorio de Talavera el sábado y a los cuerpos de su madre, Salvadora Rubio Acedo, de 91 años; esposa, Julia de Castro Illán, de 62, e hijo, David Ramos de Castro, les fue realizada en Toledo antes de enviarlos hacia el tanatorio de Talavera. Desde las 15.00 horas del domingo reposan en el tanatorio talaverano los cuatro miembros fallecidos de esta familia.
Habrá un funeral por todos ellos, que será a mediodía de hoy lunes en la iglesia de El Real de San Vicente, el pueblo que sigue de luto oficial por el suceso -el Ayuntamiento decretó tres días- y en el que ondean las banderas del Consistorio a media asta en señal de duelo. La soldadesca de carnaval del pueblo (hermandad popular) es de ánimas y ayer, antes de la misa de una, rindió su respeto a los fallecidos. Una veintena de niños y mayores portando alabardas con las puntas hacia el suelo y con toques de tambor de difuntos formaron ante la iglesia antes de iniciarse la liturgia.
Por otra parte, en los hospitales Virgen de la Salud de Toledo y Virgen del Prado de Talavera siguen ingresadas las dos hijas a las que el parricida intentó matar. La menor, María, de 22 años, sigue en la UCI grave y su hermana Eva, de 25 años, tiene heridas leves y está en observación. Ambas llevan toda la vida muy unidas.
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