C. GARCIA-CALVO
QUÉ: Desfiles de LatinAmericanFashion
CUANDO: El sábado y ayer domingo, en las instalaciones de Ifema
POR QUÉ: Es el punto de encuentro para diseñadores portugueses y latinoamericanos
Al ver los desfiles de LatinAmericanFashion (Laf) en Ifema este fin de semana, uno se sentía transportado a una galaxia muy lejana. Las colecciones presentadas por los creadores portugueses y suramericanos tienen muy poco que ver con lo que acabamos de ver en Cibeles, donde incluso las propuestas más revolucionarias de Carlos Diez o Locking Shocking, parecen el New Look del señor Dior en comparación.
Con esto no quiero decir que lo presentado por los ocho diseñadores de Laf sea el colmo de la modernez, en realidad hemos visto todo antes, desde la ropa descontextualizada, los patchwork de pingajos y el uso de materiales sofisticados pero poco prácticos. Pero lo suponíamos todo superado y nos ha sorprendido este revival.
La colombiana Elsa Abuchalde, la primera en subir a la pasarela, presentó unos vestidos de fiesta cortos de inspiración cíngara en negro salpicado de oro en plan action painting.
La colección del portugués Ricardo Dourado incluía vestidos muy sexys en algodón encerado o vinilo. Eran una mezcla de plisados con patchwork e iban acompañados por unos estupendos impermeables.
La argentina Vero Ivaldi fue la primera en sacar algo que ha sido una constante en Laf: chaquetas convertidas en faldas y viceversa, algo que nuestro David Delfín realizó hace varias temporadas.
Julia y Renata de México mezclaron elementos masculinos y femeninos con toques de costura en su colección en negro y morado para una mujer a la que le gusta el exceso.
El polifacético Alexandre Hercovitch cerró el primer día con sus graciosas propuestas masculinas inspiradas en la indumentaria de los esquimales.
Mariano Toledo, un argentino que desfila en Londres, resultó ser el rey de las chaquetas y abrigos de cuero para la mujer un poco aventurera, una que se mueve sobre una Harley Davidson. La suya fue una colección ambiciosa que incluía magníficos accesorios.
Olga Piedrahita, gran dama de la costura colombiana, cerró Laf con vestidos, monos y chaquetas puestas del revés en lana a cuadros, destinados a una pícara colegiala.
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