Según un comunicado emitido por el Ejército estadounidense, el accidente se debió a una «inexplicable y repentina pérdida del control del aparato». «Puedo confirmar que ocho soldados han muerto y otros 14 están heridos en el accidente», dijo el portavoz del Ejército de Estados Unidos, el mayor William Mitchell.

Aunque las operaciones de búsqueda y rescate de los accidentados están en marcha, Mitchell se negó a desvelar la naturaleza de la misión y el punto del accidente, para no poner en peligro la «seguridad de los miembros de servicio en el terreno».

El portavoz de la OTAN, el coronel Tom Collins, aseguró que la causa del accidente no se debió a «fuego hostil», y añadió que el piloto confirmó por radio el fallo en el motor antes del accidente.

Sin embargo, una fuente talibán aseguró que sus milicias habían lanzado el sábado por la noche un misil antiaéreo contra un helicóptero en el sur de la provincia de Helmand, que impactó contra el objetivo. «Tras el impacto, el helicóptero continuó su camino, y no sabemos dónde se estrelló», señaló por teléfono a Efe Qari Mohammad Yousif Ahmadi, portavoz de los talibán. Aunque un informe ya recogió el aumento de las actividades de los talibán en el sur del país, reivindicaciones similares de los rebeldes en el pasado han resultado ser falsas, y el último ataque de los integristas confirmado contra una aeronave militar data de 2005. En un comunicado anterior a las declaraciones de los portavoces, el Ejército estadounidense anunció el inicio de una investigación para determinar las causas del accidente.

En otros sucesos registrados anoche, los talibán mataron a un policía en el distrito de Paktika, donde además entraron en una mezquita y asesinaron a un padre y su hijo por no unirse a la lucha contra las tropas occidentales.