Todo empezó el pasado miércoles cuando, en una entrevista publicada en este diario, Ernest Maragall dijo que «en algunas zonas» de Cataluña «no hace falta inmersión lingüística». En realidad, estaba desarrollando un argumento que dio en una respuesta parlamentaria, cuando explicó que «algunos niños de Olot» tenían «serias dificultades» para expresarse en castellano.

Pero los socios del PSC en el Govern no quieren cambiar, y menos en ese sentido, un sistema, el de la inmersión lingüística, que se lleva aplicando desde que CiU controlaba el Ejecutivo catalán.De hecho, la última consellera d'Educació de ERC en el tripartito de Pasqual Maragall, Marta Cid, era frecuentemente acusada por grupos partidarios del bilingüismo en las aulas de haber endurecido la hegemonía de la lengua catalana.

En esa dirección se manifestó ayer Benach en una entrevista con la emisora Rac 1. El presidente del Parlament aseguró que percibe «dudas» en Maragall con respecto a la inmersión lingüística.Unas dudas que seguramente se multiplicaron tras escuchar el viernes la comparecencia del conseller, donde anunció que su departamento redefinirá la aplicación de este método de aprendizaje.La inmersión «se aplicará allá donde hace falta, con precisión y cuidado; con respeto a todos, pero con absoluto rigor y profesionalidad», dijo entonces el titular de Educació.

Las críticas de Benach no son las primeras: CiU también ha arremetido duramente contra Maragall -le acusó de «querer derribar el sistema educativo catalán» y de ser «el caballo de Troya del nacionalismo español en el Govern»-, y otros dirigentes de ERC se muestran en privado claramente en contra de las tesis del conseller d'Educació.

Benach subrayó ayer que el Ejecutivo no puede obviar la línea que en materia de enseñanza se ha seguido desde que se restauró la Generalitat: «El Govern, el conseller y los parlamentarios tienen que ser conscientes de que deben continuar dejando hacer este trabajo a la gente que la ha hecho bien todos estos años».

Area de Barcelona

Además, el presidente del Parlament mostró su preocupación no por la competencia lingüística de los niños de Olot, sino por los de otras zonas, presumiblemente del área de Barcelona y alrededores.Dijo que «en determinados barrios de determinadas ciudades de Cataluña no se oye el catalán ni por casualidad».

En su opinión, el sistema de inmersión lingüística, que coloca al catalán como lengua vehicular de la enseñanza a todos los niveles, es «fundamental» tanto para el futuro de este idioma, que gente de la cultura cercana a ERC considera «amenazado», como para la «cohesión social del país». Para el presidente del Parlament, los «protagonistas» en cuanto a la aplicación del método de aprendizaje no deben ser los políticos, sino «los maestros, los alumnos y los padres». «La inmersión es una herramienta educativa de primerísima calidad», concluyó Benach.