Es una idea, la de la «colaboración tras el enfrentamiento» de las dos capitales más importantes de España, que ya expuso en Madrid la semana pasada el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu.Ruiz-Gallardón llegó a distinguir ayer, en el auditorio de La Caixa, entre seis ámbitos en los que ambas ciudades deberían ir de la mano: el transporte entre ellas, la captación de inversión internacional, la creación de un gran eje atlantista-mediterráneo, el fortalecimiento de las plazas financieras, el diseño y el turismo.

«En tanto vengan tiempos mejores en la gobernación del país, ése es el camino, y ése el servicio que mutuamente nos prestamos a nosotros mismos y a España entera», dijo después, defendiendo que Madrid y Barcelona se coloquen, dado que «la legislatura de Zapatero está agotada», como motor social y económico. Una alternativa, dijo, sostenida sobre tres ejes: el jurídico, el estratégico y el cultural.

Gallardón definió la conexión de alta velocidad ferroviaria como «básica»; defendió la conveniencia de que Madrid y Barcelona ofrezcan una «imagen conjunta de país», se deshizo en elogios hacia la capital catalana y citó unas cuantas veces a Jaume Vicens-Vives.Más que suficiente para encandilar a sus anfitriones, con Ricard Fornesa, presidente de La Caixa, a la cabeza. También asistieron Josep Piqué, Alberto Fernández, Juan Antonio Samaranch, Miquel Roca y el periodista Luis del Olmo, entre otros.

«Atrevámonos a tener juntos este sueño», concluyó el alcalde de Madrid su propuesta de colaboración con Barcelona. «El Ejecutivo carece de respuestas. Las ciudades las ofrecemos ya».