C. M.
Las grandes compañías de internet tienen un enorme desafío por delante: desarrollar una nueva generación de servicios que transformen el proceso de búsqueda de información en un proceso vivo. El reto es incorporar el contexto completo del internauta: quién es, qué le gusta, dónde se encuentra. Y no detenerse en los documentos de texto, sino rastrear también el contenido de archivos de audio y de imagen y las relaciones que puedan existir entre ellos.
Quizá el objetivo sea demasiado ambicioso, e incluso aunque sea factible parece difícil que se pueda alcanzar a corto plazo. Pero las grandes empresas del sector, con Microsoft, Google y Yahoo a la cabeza, están poniendo todo el empeño en lograrlo en una década.
En la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), que se celebra estos días en San Francisco, investigadores de las tres empresas y de varias universidades y organizaciones analizaron los retos que plantea una de las áreas clave en el desarrollo y expansión de internet: los motores de búsqueda, el punto de partida para la mayoría de los internautas.
«Intenta cambiar el mundo», rezaba una enorme pantalla de vídeo colocada a la espalda de Larry Page, confundador de Google, durante el iconoclasta discurso que pronunció en la reunión de San Francisco, una serena defensa de la capacidad transformadora de la tecnología y la educación. «¿Cómo se buscará en 2017? De forma radicalmente distinta a la actual», adelantó.
Prabhakar Ragavan, ingeniero de Yahoo, explica las limitaciones existentes hoy en día con un ejemplo: nadie se acerca a un bibliotecario, le hace una pregunta de dos palabras (viaje Toscana») y espera obtener toda la información necesaria para organizar un viaje completo a Italia. «¿Qué es lo que falta?», pregunta.
Más bien, en el mundo real ocurre algo muy distinto, señala Ragavan. Con el bibliotecario se produce un intercambio de información que puede concluir en un punto que ninguna de las partes aventuraba al principio de la conversación.
«Tenemos que establecer una larga conversación con el usuario durante el proceso de búsqueda», dice Peter Norvig, del laboratorio de Google. Pero la relación tiene que suceder en un instante y de forma sencilla, sin que sea necesario rellenar un formulario tras otro, añade el especialista.
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