Desde el primer día de esta 26ª edición de Arco, el optimismo se impuso como una psicofonía. Se oían voces triunfales desde primera hora. El dinero se movía como un polstergeist por los stands y se manifestaba en el espíritu de un punto rojo tras otro junto a muchas de las obras expuestas en este súper del arte contemporáneo.
La euforia es en ocasiones una exaltación del entusiasmo, pero también una respuesta al miedo y, en los pueblos atávicos del vudú, una confabulación contra los malos espíritus. El exorcismo parece haber funcionado y el subidón que desde el primer día inundó el espíritu de Arco se ha cumplido, según manifestó ayer la dirección de la feria, con Lourdes Fernández al frente de la cofradía en la que también comparecieron José María Alvarez del Manzano, presidente de Ifema, y el director general del consorcio, Fermín Lucas.
«Este año podemos afirmar que el resultado de ventas hasta hoy lunes, cuando aún no se ha cerrado la cita de 2007, ha superado ya en un 15% las buenos resultados del año pasado», comentó Fernández. «Y el número de visitantes ha alcanzado los 190.000». Casualmente los mismos que anunció el año pasado Rosina Gómez-Baeza. Así que ésta se ha convertido en una cifra/amuleto.
Lourdes Fernández, sin embargo, no ofreció números concretos de las transacciones, aunque confirmó el buen paso de una feria que el año próximo vivirá una reestructuración en profundidad cuando estrene los dos nuevos pabellones asignados en el complejo del recinto ferial, uno de ellos con dos plantas y el otro diáfano y con una bóveda que le da una altura de más de 14 metros.
La apuesta de Lourdes Fernández por ir descargando Arco de instituciones en favor del sector corporativo -es decir, de una mayor presencia de capital privado frente al institucional- será reforzado en la edición de 2008, donde también se articularán de manera «más segmentada» los espacios de los exhibidores apostando mejor por The Black Box (el lugar donde el vídeo ha hecho nido) y «se creará alguna nueva sección», comentó.
Este año, con dos días dedicados al coleccionista (uno más de lo habitual), la dirección de Arco desveló que en esas jornadas fueron más de 40.000 los profesionales que pasaron por la feria. «Se da así un incremento del 20% en el número de coleccionistas que nos han visitado», desveló Alvarez del Manzano. A ellos hay que sumar esos 190.000 visitantes en los tres días destinados al público general. Y el resultado (230.000 personas) es un nuevo triunfo para una cita internacional que tiene en el reclamo del público uno de sus pilares. El otro está en el negocio.
La despedida de Corea, país invitado en esta edición de Arco, fue también una pagoda de entusiasmos. La comisaria general, Jung-Wha Kim, anunció que sus compatriotas, 14 galerías que representaban a 48 artistas y exhibían unas 250 obras, «han vendido el 100% de lo que traían». Un hecho sin precedentes -y otra vez sin números concretos- en la historia de la feria. Un buen augurio para recibir el año próximo a Brasil, el país que estrenará la nueva era de Arco y que ayer presentó credenciales a través de su embajador en España, José Viegas. Los comisarios serán Moacir dos Anjos y Paulo Sergio. Y según adelantó el representante del Ministerio de Cultura brasileiro, Erlon José Paschoal, «será un momento esencial para ampliar el abanico de posibilidades de cooperación cultural entre ambos países».
Los objetivos se han cumplido, según Lourdes Fernández. El primero, cuidar mejor al coleccionismo y exigir calidad a las galerías, ha dado fruto. Pronto volverán a desplegar la ouija para seguir invocando al dios del optimismo. Que se oigan las mismas voces, pide el médium.