'Closer'
Autor: Patrick Marber. / Versión: Cote Soler y Mariano Barroso. / Escenografía y vestuario: Elisa Sanz. / Iluminación: Gloria Montesinos. / Dirección: Mariano Barroso. / Intérpretes: Belén Rueda, José Luis García Pérez, Sergio Muer, Lidia Navarro. / Escenario: Teatro Lara.
Calificación: ***
MADRID.- La verdad cierta y verdadera es que Closer es una especie de parque zoológico en el que cuatro animales sin domesticar, de distinta especie y voracidad, se despedazan sin compasión. Esa falta de misericordia es, por supuesto, más propia de los humanos que de las fieras. Hay una cierta compasión en momentos perdidos que no marca los límites del instinto caníbal sino las propias limitaciones impuestas por la cobardía y la traición. La única inocente, relativa y con reparos, es Alice (Lidia Navarro), víctima propiciatoria de un triángulo perverso: Anna (Belén Rueda), Larry (José Luis García Pérez) y Dan (Sergio Mur).
La confusa identidad entre amor y sexo transcurre dentro de un esquema doméstico de convivencia de parejas que se hacen y se deshacen: abandonos y ajuntamientos siempre, o casi siempre, traumáticos. Cuanto más cerca, más lejos y más heridas sin cicatrizar. Todos y cada uno de los personajes son eje y protagonista; todos tienen su momento de gloria escénica en una construcción dramática muy equilibrada de personajes, que la fuerte personalidad de Belén Rueda apenas logra alterar. Lidia Navarro le da una réplica formidable en las violentas escenas compartidas. García Pérez por el lado de la pasión fuerte y cambiante, y Sergio Mur por el de la pasión débil e indecisa, también.
Belén rueda no es espectacularmente guapa, ni especialmente buena actriz, ni es una adolescente en edad de merecer; pero tiene un morbo y un carisma que en muchas ocasiones brillan con especial luz y con especial sombra. El recuerdo de Mar adentro, de Amenábar, la amenaza constantemente y seguirá persiguiéndola. No es fácil sobreponerse a un éxito como aquél, aunque Belén Rueda pase sin apuros demasiado evidentes la arriesgada prueba del escenario que es el lugar de la verdad: allí donde los intérpretes se definen por sí mismos sin trampa ni cartón.
Se ha escrito, en alabanza de Belén Rueda, que ni siquiera Julia Roberts le dio tan intenso significado al personaje de Anna; pudiera ser y yo no lo discuto, pues no vi la interpretación de la Roberts. En cualquier caso, y en cuanto a morboso atractivo, me quedo con la Rueda; la boca de Julia Roberts tiene la misma sensualidad que un buzón de correos. El personaje de Alice es el más vigoroso y rico, el más espontáneo e imprevisible y, seguramente, el menos convencional. Lidia Navarro está a la altura de las circunstancias.
La limpia escenografía, juego cinematográfico de planos, la fragmentación del espacio escénico y la luz de Closer, albergan un submundo sórdido y canalla al que prestan matices definitorios Rueda, Navarro, Mur y García Pérez.