«El acceso a la primera vivienda propia no es fácil; a menudo, sólo es posible mediante un elevado nivel de endeudamiento. Los jóvenes tienen dificultades a la hora de acceder a un empleo estable y a una vivienda», dice el informe anual sobre la protección e inclusión social de la Comisión que preside José Manuel Durao Barroso, que será aprobado el jueves por los ministros de Trabajo de los 27 países que integran la UE.

Como medida de protección básica en un país donde el gasto social está aún por debajo de la media europea (es del 20% del Producto Interior Bruto frente al 27,4% de la UE en 2004), la Comisión pide al Gobierno de Zapatero que «promueva una vivienda asequible mediante una política de vivienda pública y de alquiler a largo plazo» para ayudar a los jóvenes y a los inmigrantes, sobre todo los recién llegados.

«En Europa, hay 13 años de diferencia entre la expectativa masculina de vida más alta y la más baja, y el gasto en sanidad varía del 5% al 11% del Producto Interior Bruto», resumía el comisario checo de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla.

En la cumbre celebrada en la primavera del año pasado -centrada en la agenda económica y los deberes pendientes de Europa para ser más competitiva-, los jefes de Estado y de gobierno de la región se comprometieron, entre otras muchas cosas, a afrontar la pobreza infantil.

Aunque los datos presentados ayer datan del periodo comprendido entre 2004 y 2005, la Comisión Europea se sigue quejando de la pasividad general sobre el problema. En el caso español, es especialmente preocupante la elevada tasa de abandono escolar, que, entre los jóvenes de 18 a 24 años, ya supera el 30%, es decir más del doble de la media comunitaria. El informe menciona que uno de los objetivos de la nueva Ley de Educación es justamente acabar con esta tendencia, aunque pide más esfuerzos continuados de España, por ejemplo en la Formación Profesional para ofrecer alternativas.