Las relaciones entre los sindicatos y el Gobierno de la Comunidad de Madrid nunca habían sido peores. La espiral de descalificaciones que abrieron el secretario general de UGT en Madrid, José Ricardo Martínez, y el vicepresidente regional y portavoz, Ignacio González, llegó ayer a su culmen con un asalto, un encierro y unas gruesas palabras contra la consejera de Transportes, Elvira Rodríguez, a cuento de los sabotajes del Metro.
Por la mañana, cerca de un centenar de trabajadores públicos de la Administración regional se encerraron, convocados por UGT y CCOO, en la sede de la Consejería de Presidencia, en la plaza de Pontejos. Los sindicalistas boicotearon una presentación y tenían previsto quedarse a dormir en la Consejería hasta hoy, cuando abandonarán su encierro. Con este acto, piden que se aplique a todos los trabajadores de la Comunidad de Madrid el acuerdo firmado con el personal sanitario.
Durante el asalto, los representantes laborales trataron de boicotear la presentación del libro Arquitectura deportiva de la Comunidad de Madrid 2000-2005, un acto que dio comienzo a las 13.00 horas y en el que estaba previsto que participase la presidenta autonómica, Esperanza Aguirre, si bien ésta, dado el desarrollo de los acontecimientos, al final no asistió, informa Europa Press.
Como explicaron desde la Consejería, los trabajadores «arrollaron» a los guardias de seguridad de la entrada, que eludieron enfrentarse a ellos por la fuerza para evitar males mayores. «Eran 80 contra tres y finalmente, les dejaron entrar», explicaron fuentes de Presidencia.
Así las cosas, en el acto sólo intervinieron el arquitecto Fernando Alvarez Cienfuegos, participante en la publicación, y el consejero de Cultura y Deportes, Santiago Fisas, quien tuvo que hablar a gritos ante la pitada de los funcionarios, que coreaban consignas como «Esto nos pasa por un gobierno facha» y «Fuera, fuera».
Según explicó a M2 el secretario de Política Sindical de UGT-Madrid, Juan Luis Martín Sierra, el encierro, que comenzó sobre las 12.45, continuará hasta el mediodía de hoy, cuando está convocada una concentración para protestar por este mismo motivo, con lo que durará algo más de 24 horas.
Con esta medida, los delegados quieren que el Gobierno regional «homologue las condiciones de trabajo a todos los trabajadores» de la administración. El detonante de la situación fue la firma, el pasado 28 de noviembre, de un acuerdo sobre la carrera profesional del personal facultativo y de Enfermería de la Consejería de Sanidad. Ahora, otros 45.000 empleados públicos (todos menos los de Educación, que tienen sus propias condiciones) quieren las mismas ventajas en cuanto a formación y promoción.
Martín dio «la bienvenida a esos acuerdos» alcanzados en Sanidad, pero exigió que su aplicación tenga un «alcance general, que afecte a todos los empleados públicos de la Comunidad de Madrid».
Por su parte, el coordinador del Area Pública de CCOO de Madrid, Manuel Rodríguez, dijo que el deseo de los manifestantes era ser recibidos por el consejero de Presidencia, Francisco Granados, y que el encierro es la «antesala» del paro de cuatro horas que ambos sindicatos han convocado para hoy martes.
Pese a la insistencia de los manifestantes en impedir el normal desarrollo del acto, el consejero de Cultura compareció ante la prensa y el público asistente a la presentación, aunque hizo varias alusiones a la protesta, censurando «la falta de respeto total» de sus participantes y advirtiendo un componente electoralista. «Como pueden ver, ya empieza la campaña electoral», declaró Fisas nada más tomar la palabra.
Tras apostar por dotar de infraestructuras deportivas a toda la región y destacar el «esfuerzo» del Ejecutivo autonómico en esta materia, el consejero manifestó que «nosotros trabajamos, no chillamos», de nuevo en clara alusión a los manifestantes. «Unos pocos que chillan no van a impedir que volvamos a ganar las elecciones y que sigamos invirtiendo en favor del deporte», concluyó Fisas, quien anteriormente se había preguntado que «si esto es democracia, que venga alguien aquí y lo vea».
Poco después de concluir el acto, un grupo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, desplazados en cuatro coches, acudieron a las puertas de la Consejería de Presidencia. Allí identificaron a los encerrados y preguntaron a los responsables de la Consejería si querían que les desalojaran. El consejero, Francisco Granados, dijo que no.
En cuanto llegó la policía y concluyó el acto, la Consejería se cerró para evitar que entraran más sindicalistas. Por eso por la tarde -sobre las 16.00 horas- los trabajadores rompieron una ventana para que sus compañeros les pasaran bocadillos. Como explicaron desde el departamento que dirige Francisco Granados, cuando acabe el encierro se evaluarán los posibles daños a las instalaciones públicas y se estudiará interponer una denuncia.
Francisco Granados dijo que el encierro es «una excusa del PSOE para hacer campaña electoral desde los sindicatos».
«Ésta es la forma del PSOE de irrumpir en la campaña electoral, manejando a los sindicatos con el único objetivo de desgastar al Gobierno de la Comunidad», señaló Granados, quien añadió que «al parecer reivindican que se les reciba». «No les voy a recibir en estas condiciones», concluyó.
LA GÉNESIS DE UN CONFLICTO
A finales de enero, UGT presentó su balance de la legislatura. Un periodo «muy negativo», en el que ha gobernado «un Gobierno ilegítimo», aseguró el secretario general del sindicato.
El vicepresidente de la Comunidad y portavoz, Ignacio González, tardó un día en responder. Para el 'número dos' de Aguirre, Martínez quedó «inhabilitado como interlocutor».
La Consejería de Sanidad firmó el acuerdo para la carrera profesional del personal sanitario y de Enfermería el pasado 28 de noviembre.
El resto de los trabajadores autonómicos lo consideran «discriminatorio» y exigen esas condiciones para todos. Ayer, se encerraron en la Consejería de Presidencia.
El 28 de febrero habrá elecciones sindicales entre los trabajadores públicos autonómicos. Estos periodos son siempre turbulentos, y más coincidiendo con la campaña electoral.