El alcalde hizo su propuesta como en casa, en el Círculo Financiero de La Caixa, cuyo presidente, Ricardo Fornesa, no dudó en elogiarle antes de iniciar su discurso. «En tiempos de tensión entre Cataluña y España nuestro amigo no dudó en manifestar su afecto a Cataluña», recordó refiriéndose al alcalde de Madrid Fornesa, ante un auditorio donde se encontraban, entre otros, el presidente del PP catalán, Josep Piqué, el presidente del Comité Olímpico Español, Juan Antonio Samaranch, el vicealcalde de Barcelona, Jordi Casas, o el Conde de Godó.

El alcalde comenzó su conferencia, titulada Madrid-Barcelona: un eje para la vertebración de España, repartiendo estopa al Gobierno central: «Acudo hoy a esta ciudad abierta y emprendedora con una noticia, la parálisis en que se encuentra nuestro país». Según señaló Gallardón, la culpa sólo sería atribuible al Gobierno central y al PSOE, «que no estaba preparado para gobernar». «Como no hay movimiento, lo que hay es ebullición», dijo el alcalde sobre la situación política de enfrentamiento que se vive en la actualidad. «España se encuentra sumida en el marasmo, un estado de desorientación general que impide que el país avance en ninguna dirección. Esa incapacidad para avanzar delata el agotamiento de la legislatura, por cuanto su legítimo impulsor ya no impulsa nada», aseguró Gallardón.

Entre algunos de los «avatares sufridos» por el Ejecutivo de Zapatero, Gallardón citó «la estrategia de alianzas con el nacionalismo catalán, que le dio la espalda», y el diálogo con los terroristas, «salvajemente cercenado por éstos en la T-4 junto con dos vidas». El alcalde también volvió a acusar al PSOE de no ser capaz de «articular proyectos convincentes ante su propio público», en clara referencia a la elección del candidato a la Alcaldía, Miguel Sebastián.

Ante esta situación, donde «el Gobierno divaga hacia el pasado y Barcelona y Madrid trabajamos para impulsar conjuntamente a España», Gallardón propuso a Barcelona «una alternativa mediante el fortalecimiento de nuestros vínculos y la superación de las divisiones». «Se inicia un nuevo ciclo en el que las grandes ciudades vamos a desempeñar un papel destacado en la vida política nacional».

Y entonces lanzó el alcalde sus propuestas. La primera se refirió a las infraestructuras. El alcalde insistió en la necesidad de disponer de «excelentes redes de conexión» entre Madrid y Barcelona y desde ellas a Portugal y Francia. Por ello pidió que «llegue por fin» el AVE a Barcelona y que se reclamen con una única voz las futuras conexiones entre ambos.

La segunda propuesta, de tono económico, se centraría en 'vender' cierta «imagen-país» al exterior. «La posibilidad de ofrecer Barcelona y Madrid conjuntamente como sede para una inversión sería una baza muy relevante. Podríamos recibir una misma inversión, con un reparto complementario de procesos», explicó.

A continuación, pidió reforzar conjuntamente el puerto de Barcelona y el aparato logístico madrileño. Además, después de subrayar que la Bolsa de Madrid es la cuarta plaza europea, destacó que «es fundamental fortalecer todas las plazas financieras para que en un proceso de sinergia ganen todas».

El quinto punto del pacto de colaboración sería el diseño, «un elemento que aporta valor añadido en el mercado global a la hora de diferenciar productos y servicios». En ese sentido señaló: «Creo que no conocemos bien el diseño que se hace en la otra ciudad». Por último se refirió al turismo, donde el alcalde destacó el emergente mercado asiático.

Ruiz-Gallardón también propuso una cooperación cultural entre ambas ciudades. Destacó el esfuerzo realizado por Barcelona con el Forum y por Madrid con el Matadero y ofreció el Palacio de Comunicaciones de Cibeles como centro para gestionar esa cooperación cultural.