Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho (Isaac Asimov)
OPINION
LA TRONERA
Los desentendidos
ANTONIO GALA
La votación para el Estatuto andaluz ha sido un fiasco. Explicarlo por partidismos o reservas mentales o resentimientos es perder el tiempo. Lo sabemos hace mucho: a los ciudadanos de a pie, en todas partes, les traen al fresco las opiniones políticas de los políticos, y por instinto desconfían. Porque se lo merecen cuando gritan y se agarran entre sí para sacar tajada. «Con mi voto, no», dice la gente. Y no se fía de ellos ni cuando Gobierno y oposición piden lo mismo. «Algo tramarán en su beneficio. Cuando los andalucistas piden el no...». Tendría que hablarse de la vida, del porvenir, no de entelequias ni nacionalismos. Legislación, tan sólo la precisa, y vamos andando. ¿Por qué no se grita que Andalucía se ha quedado chica y necesita triplicarse para conservar su nivel de consumo? Eso sí que interesa. Por ejemplo.