Sr. Director:

En la edición del día 18, su periódico publicaba el reportaje Ser abogado de oficio, el peor oficio de España. Al respecto y, en especial, en lo referido a la retribución de estos letrados en el proceso del 11-M, el Ministerio de Justicia quiere aclarar que el 27 de octubre de 2006, Justicia suscribió un convenio con el el Colegio de Abogados de Madrid y el Consejo General de la Abogacía por el que, teniendo en cuenta la especial complejidad y volumen del caso, se triplicaba la remuneración de los abogados de oficio del 11-M con un límite máximo de 20.000 euros por letrado. Por tanto, no se ajusta a la realidad que se paguen 315 euros, como se afirma en la información, sino 945. Al igual que tampoco se retribuye con los habituales 19 euros por cada 1.000 folios, sino con 57. Respecto a los desplazamientos a las prisiones, se debe recordar que, tal y como solicitaron los abogados, se acercó a los acusados a donde residían sus defensores. Además, la retribución económica para desplazarse se ha mejorado, así como la interposición de recursos de apelación, casación y amparo. Por otra parte, el acuerdo suscrito incluía el poner a disposición de los letrados el sumario escaneado en DVD, tal y como ellos pidieron. A continuación se les proporcionó un «buscador» informático que les ayudara a localizar exactamente lo que compete a cada uno. Todo ello se hizo en aras de facilitar la labor de estos abogados y garantizar la defensa de sus clientes. Cabe, por último recordar que la asistencia jurídica gratuita es un derecho constitucional y tiene carácter de servicio público, llevado a cabo voluntariamente por los abogados.

Puntualización de Alí Lmrabet

Sr. Director:

Leo una carta de Rafael Roselló Cuervas-Mons en su diario del lunes 19 en la que descalifica a EL MUNDO y a mi persona, autor de la información sobre el semi exilio del príncipe Mulay Rachid, hermano de Mohamed VI, a Estados Unidos. Este «amigo de los amigos» de Mulay Rachid, tal como se presenta, asegura que lo del alejamiento del príncipe es un «rumor» que puede «crear una importante alarma social» en el país vecino. Y añade, aunque no es «amigo de los amigos» del resto de la familia real alauí, que «a nadie le cabe la menor duda de la fidelidad y el apoyo mutuo entre los príncipes marroquíes respecto al actual soberano». Antes que nada, no entiendo este papel de portavoz de la Casa Real marroquí que asume el señor Roselló, que no duda en su carta en enaltecer a Hassan II, uno de los grandes tiranos del siglo XX. Luego, me sorprende que intente vincular mi información con José María Aznar. Ahora, si el señor Roselló vuelve a leer mi artículo, verá que el alejamiento de Mulay Rachid está perfectamente explicado: «discreto semi exilio», y acuerdo con el rey «para que siga asistiendo a algunos actos protocolarios y que represente de vez en cuando al rey en el extranjero». Y es una información fidedigna. En su reciente libro Cuando Marruecos sea islamista, el periodista francés Nicolas Beau, miembro del equipo de redacción del prestigioso semanario Le Canard enchaîné, ya anunciaba que «no es un secreto para nadie que Mulay Rachid (...)está frustrado, se estima poco escuchado por su hermano que le prefiere a sus antiguos amigos de estudios». Eso era hace seis meses. Ahora el príncipe ha pasado a una etapa superior, que (¡que se tranquilicen los turiferarios de Rabat!) no es la ruptura definitiva que no conviene a nadie. Que mi artículo haya creado «alarma social» en Marruecos, como sostiene Roselló, es una broma.

Alí Lmrabet. Corresponsal en Marruecos.

Las compañías que prefieren los del PNV

Sr. Director:

El portavoz del PNV José Antonio Rubalkaba, dirigiéndose a los parlamentarios vascos del PP, les insultó diciendo: «Ustedes están muy cómodos con que ETA siga existiendo, aunque les asesinen». Sandeces repugnantes como ésta, que catalogan por si solas a este tipo como un radical, sirven para entender que muchos de estos representantes peneuvistas prefieren la compañía de batasunoetarras antes que la de demócratas del PP que defienden la libertad y la Constitución jugándose la vida.

David García García. Madrid.

Los ciudadanos hablan con su silencio

Sr. Director:

Los políticos siguen empeñados en perder el tiempo modificando la estructura constitucional de España ante el hastío, la apatía y el hartazgo de buena parte de los destinatarios de sus proyectos. En Cataluña, una de las comunidades pretendidamente más concienciadas por su autogobierno, el nuevo Estatuto de Cataluña obtuvo el mísero apoyo de sólo una tercera parte de los catalanes, con una abstención superior al 50% del cuerpo electoral. En Andalucía, las dos terceras partes de los votantes han preferido quedarse en casa a refrendar su nuevo Estatuto de Autonomía. A los valencianos, por suerte para sus políticos, ni se les brindó la oportunidad de manifestarse. En muchas democracias asentadas, ninguna ley constitucional saldría adelante con los niveles de participación habidos en ambas comunidades. Esto es un fracaso absoluto de nuestra clase política, enfrascada en debates ajenos a las prioridades de los ciudadanos. Por ello, no debe temblarle el puso al Tribunal Constitucional a la hora de arreglar el desaguisado. El pueblo ha hablado de nuevo. ¿Le escucharán los políticos?

David Miranda Riera. Barcelona.