JAVIER MEMBA
Aunque obraba en su haber una pequeña filmografía que incluía un título dirigido por él mismo -Les Gauloises bleues (1968)- el escritor y periodista francés Michel Cournot estuvo mucho más cerca de Georges Sadoul, André Bazin y Jean Mitry, es decir, los grandes teóricos franceses de la pantalla, que de los realizadores. Fallecido en París recientemente, Cournot ejerció su magisterio -no sólo cinematográfico, cultural en el más amplio sentido de la palabra- en algunas de las más prestigiosas publicaciones galas durante cuatro décadas. L'Express, Le Nouvel Observateur y Le Monde, donde publicó sus artículos con regularidad a lo largo de los últimos 30 años, sólo son algunas de ellas.
Estudiante de Letras en el liceo Louis-le-Grand de su París natal, Cournot dio a la estampa sus primeros reportajes, tras la liberación, dentro de las páginas de France Soir y L'Express. Uno de aquellos textos iniciales -Martinique- fue merecedor del premio Fénéon. No obstante, llegado el momento de glosar el interés del escritor por el cine, es mucho más representativo Le premier spectateur, una reflexión sobre los entresijos del rodaje de Los espías (1957), del gran Henri-Georges Clouzot. Todo un making off literario de una de las mejores cintas de su realizador. Algunos años después varios reportajes sobre los delincuentes juveniles, que Cournot reunió bajo el título de Enfants de la justicie, le valdrán el Premio Italia (1963).
Siempre interesado por el cine, en 1961 Cournot escribió los diálogos de 20.000 lieues sur la terre, una coproducción italofrancosoviética dirigida por Marcello Pagliero. Tres años después, en 1964, aunque no figura en los títulos de crédito, desempeña el mismo empleo en Les amoureux de France, que dirigió el también crítico Pierre Grimblat en colaboración con su operador, François Reichenhach. Antes de que acabe 1964, con la puesta en marcha del suplemento semanal de Le Nouvel Observateur, Cournot comienza publicar sus primeras críticas cinematográficas. Son textos de altura, ensayísticos, totalmente ajenos a frivolidades, que no tardan en ser recogidos en diferentes volúmenes.
Actor del gran Godard en 1967 -Cournot era el hombre del Farmyard detenido en el atasco de Week-End- como no podía ser de otra manera habida cuenta de su actividad literaria, Les Gauloises bleues fue una cinta mucho más deudora de Resnais y Robbe-Grillet que de Godard. Bajo un título que evocaba una de las más populares marcas de cigarrillos franceses, su asunto giraba en torno a la evocación de la vida de su protagonista. Interpretada por Annie Girardot, Bruno Crémer y Jean-Pierre Kalfon, fue la primera y última experiencia de Cournot como realizador.
Casado con la actriz Martine Pascal, a partir de 1973 el escritor se interesó por la crítica literaria y teatral, en detrimento de la cinematográfica, lo que no fue óbice para que siguiera considerando el cine como «una droga dulce pero muy adictiva». De hecho, entre sus últimas publicaciones, destacó una de título inequívoco: Au cinéma (2003).
Michel Cournot, escritor y periodista, nació en París el 1 de mayo de 1922 y murió en la misma ciudad el 8 de febrero de 2007.
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