Una Oferta Pública de Adquisición (OPA) de exclusión de sus acciones en Bolsa. Ésta es la condición que barajan algunos de los consejeros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ante la operación anunciada hace dos días por Metrovacesa de que sus principales accionistas separarán la compañía en Metrovacesa y Gecina, según informaron a EL MUNDO fuentes del organismo.
La CNMV, que se encuentra en proceso de análisis de la propuesta presentada el pasado lunes por la inmobiliaria, estudia como respuesta obligar a la sociedad cotizada que excluya de la Bolsa sus acciones, ya que de mantenerlas podría perjudicar los intereses de los pequeños accionistas. El organismo regulador comunicó ese mismo día su intención de pronunciarse «en el plazo más breve posible», pero destacó la complejidad de la operación y la necesidad de estudiarlo en estrecha colaboración con el regulador del mercado francés (AMF).
Los títulos de la compañía permanecieron suspendidos también ayer, por segundo día consecutivo. En su último cierre (el pasado viernes) perdieron un 1,26%, hasta 117,85 euros. La información facilitada por la compañía a la CNMV en su comunicado del lunes no fue suficiente para el organismo regulador. La situación obligó a la empresa que preside Joaquín Rivero a emitir un nuevo comunicado en la tarde de ayer en el que presenta «una síntesis básica» del acuerdo de separación alcanzado entre los dos accionistas principales.
Este segundo envío tuvo resultados positivos para la inmobiliaria, ya que media hora después, la CNMV emitía un comunicado en el que informaba de que a las 11.00 horas de hoy levantaría la suspensión de la cotización de Metrovacesa. El organismo regulador advierte, no obstante, de que con este levantamiento «no prejuzgan en modo alguno» la decisión del supervisor sobre el conjunto de operaciones previstas en el acuerdo presentado por la compañía. De hecho, la CNMV insiste en que analizará la operación «con detenimiento, a la luz de la normativa española sobre el mercado de valores y, en particular, de la relativa a OPA».
Con este escenario como telón de fondo, la empresa celebrará esta tarde un consejo de administración en el que informará a los máximos accionistas del acuerdo alcanzado para separar la compañía en dos sociedades. Asimismo, comunicará la dimisión de su consejero delegado, Manuel González García, cuyo anuncio fue remitido ayer por la mañana a la CNMV alegando «motivos de índole personal».
A partir de ahora se abre un proceso que durará entre siete u ocho meses, para llevar a cabo las operaciones corporativas necesarias para segregar la empresa. El pasado 19 de febrero, los dos grupos accionariales de referencia, es decir, el presidente de Metrovacesa, Joaquín Rivero, junto con su socio Bautista Soler -ambos controlan el 33,15% de la compañía-, y Román Sanahuja (la familia Sanahuja), que posee el 39,62%, firmaron un acuerdo cuyo objetivo es dividir al grupo.
El acuerdo contempla que los Sanahuja se quedarán con los negocios inmobiliarios centrados en España, valorados en 7.480 millones de euros, y un patrimonio en alquiler en Francia, por 1.800 millones. Rivero y Soler serán los propietarios de Gecina, la parte francesa del grupo, valorada en 9.701 millones de euros, además de activos españoles cuantificados en más de 400 millones de euros.
Joaquín Rivero, que fue el que propició el salto de Metrovacesa a Europa, es presidente y consejero delegado de Gecina. La inmobiliaria se ha convertido es una de las empresas que más dinero ha movido en Bolsa en el último semestre (ocupa el puesto número 11), llegando a movilizar más de 53 millones.
Accionistas desprotegidos
Los pequeños accionistas de Metrovacesa alzaron ayer la voz. El presidente de la asociación Accionistas Asociados , que reúne a inversores minoritarios, Joaquín Ferrer, manifestó que se sienten «desprotegidos» tras el acuerdo de separación alcanzado por Joaquín Rivero y la familia Sanahuja para repartirse la compañía, informa Servimedia. Por este acuerdo, se valoran las acciones de la inmobiliaria en 75,67 euros, un 35,7% por debajo de la cotización a la que cerró el pasado viernes (117,85 euros).
Ferrer entiende que «esta decisión se debe a la lucha encarnizada entre las dos familias, y a los accionistas minoritarios nos deja tirados con una oferta por debajo del valor real del mercado», por lo que consideró que las dos familias han actuado «para especular», según denunció.
Para el presidente de Accionistas Asociados, «es lógico que una empresa que se divide valga la mitad, pero el accionista minoritario se queda desprotegido», por lo que apuntó a la necesidad de tomar «medidas oportunas» desde la asociación que preside. Al respecto, Ferrer anunció que van a solicitar a la CNMV que estudie los últimos acontecimientos, y que hablarán con los directivos de Metrovacesa para que oferten un plus o un capital aproximado superior.
Confusión entre los analistas por la operación
La confusión es la palabra que se extendía ayer a los analistas consultados por el EL MUNDO. Todos coincidieron en que el acuerdo de segregación de la compañía al que han llegado los principales accionistas de Metrovacesa es difícil de entender. Los expertos temen las consecuencias que la operación pueda tener entre los pequeños accionistas. En este sentido, fuentes de la compañía informaron a este periódico de que los accionistas tendrán libertad para decidir en qué empresa quieren invertir su dinero (Metrovacesa o Gecina). Cerca de un 14% de las acciones de la inmobiliaria están en Bolsa. La empresa presentará hoy a sus máximos accionistas la propuesta de división de la compañía. No obstante, aún falta la decisión que tome el órgano que preside Manuel Conthe, la CNMV.
