MARISA CRUZ
IBIZA.-
El presidente del Gobierno se pronunció ayer por primera vez sobre la complicada situación que afronta España en relación con los 299 inmigrantes clandestinos rescatados del Marine I y que se encuentran acogidos temporalmente en una nave del puerto mauritano de Nuadibú. Zapatero pidió tiempo y paciencia para gestionar las repatriaciones, en su mayoría a la India y Pakistán, y, de paso, rechazó que exista descoordinación en el seno del Gobierno a la hora de abordar la política de inmigración.
Zapatero se pronunció en estos términos en compañía del primer ministro italiano, Romano Prodi, con quien previamente, en el marco de la XIV Cumbre hispano-italiana, había analizado el problema migratorio que afecta a los dos países frontera sur de la Unión Europea.
El presidente del Gobierno señaló que en el caso del Marine I, el Ejecutivo ha trabajado desde el principio con dos objetivos. A saber: «Garantizar las condiciones humanitarias y los derechos de las personas» y, en segundo lugar, «cumplir con la legalidad y llevar a cabo las oportunas repatriaciones».
El primero, recalcó el presidente, ya se ha cumplido, porque el ministerio de Asuntos Exteriores logró un acuerdo del Gobierno mauritano en virtud del cual se permitía el desembarco y la atención en tierra de los 299 inmigrantes. A partir de ahí, el segundo, es el que requiere de un mayor margen para llevarlo a cabo. «Las repatriaciones», apuntó Zapatero, «llevan su tiempo. Antes de valorar la actuación del Gobierno en este asunto, hay que esperar para ver cuál es el resultado final. Estamos trabajando en ello».
El presidente, además, aprovechó para negar que exista descoordinación en el seno del Gobierno en relación con la política de inmigración, en concreto entre los departamentos de Interior, Trabajo y Asuntos Sociales y Exteriores.
No hubo por parte de Zapatero ninguna referencia a los mensajes precipitados que se han lanzado desde la Vicepresidencia del Gobierno sobre la inminencia de una solución a la crisis del Marine I, ni alusión alguna a la situación de extrema precariedad con la que han tenido que trabajar los miembros de las Fuerzas de Seguridad españolas desplazadas a Nuadibú, ni tampoco ninguna reflexión acerca de la oportunidad de exigir a Mauritania una mayor cooperación en este asunto aun a riesgo de perjudicar los acuerdos migratorios alcanzados bilateralmente entre Madrid y Nuakchott.
Por lo que se refiere a la concertación con Italia para hacer frente común dentro de la UE en materia migratoria, Zapatero y Prodi apostaron por insistir en el fortalecimiento del mecanismo de control de fronteras exteriores (Frontex) y mandataron a sus respectivos ministros de Trabajo y Asuntos Sociales para organizar un seminario en el que se intercambien informaciones sobre los procesos de integración.
Zapatero y Prodi destacaron la proximidad de puntos de vista entre los dos países respecto a los asuntos más destacados de la agenda internacional. Afganistán, Líbano y Kosovo son terrenos en los que operan militares españoles e italianos. Sobre Líbano, Zapatero y el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, negaron que se vaya a dotar con medios antidisturbios especiales a las tropas españolas porque en su misión no se incluye la dispersión de tumultos.
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