MADRID.-
La Policía ha detenido en Madrid a ocho jóvenes que se dedicaban a distribuir importantes cantidades de cristal, una nueva forma de presentación del éxtasis, que tiene una pureza mayor que las pastillas -roza casi el 100%- y supone un mayor peligro de sobredosis para los consumidores.
Los responsables de esa operación, denominada Cristina, explicaron en rueda de prensa los detalles de esta acción policial, desarrollada este fin de semana y que confirma que el cristal de MDMA o éxtasis cristalizado tiende a desbancar a las conocidas pastillas en las zonas de ocio y diversión.
Entre los ocho detenidos se encuentra el líder del grupo, de 20 años, que compaginaba el tráfico de estupefacientes y psicotrópicos con el robo por encargo de todo tipo de efectos.
En la operación, que coincide con la puesta en marcha de un nuevo plan policial contra el tráfico minorista y el consumo de drogas en zonas y locales de ocio, se ha confiscado «un auténtico supermercado» de drogas.
En concreto, 1.400 gramos de éxtasis cristalizado, más de siete kilos de cocaína y otros tantos de hachís, además de 20 gramos de hongos alucinógenos y diversas sustancias y utensilios empleados para la manipulación, el corte y la adulteración de la droga.
La importancia de la operación, según explicaron sus responsables, es que de lo incautado, es decir, del casi kilo y medio de cristal -que podría haber alcanzado un valor de 120.000 euros en el mercado- podrían salir unas 20.000 pastillas, pues esta sustancia, que se administra por vía oral, tiene una pureza del 98%, con lo que si el consumidor no está bien informado corre peligro mayor de una sobredosis.
La dosis media entre los consumidores es de 75-100 miligramos, produce los efectos al cabo de media hora, pero a la hora o dos es cuando éstos son más fuertes, y ya a las cuatro siguientes van desapareciendo.
En la calle, un gramo de cristal puede costar entre 60 y 80 euros y de él se pueden obtener unas 10 dosis de 100 miligramos; suele presentarse en polvo blanquecino, amarillento o marrón, o en pequeñas rocas cristalinas del tamaño de un grano de arroz, que introducen en pequeñas cápsulas o bombitas.
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