De aquí a las elecciones, tendremos esto todos los días». Así se quejaba ayer un miembro del equipo de la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, que visitaba una escuela infantil pública en Ciudad Lineal para presentar el primer balance del cheque-bebé, una ayuda autonómica única de 100 euros para todas las madres que se puede solicitar desde el 1 de enero de 2007. En la estrecha calle Siena, donde está la escuela El Pilar, un centenar de trabajadores de dos protestas distintas esperaban a Aguirre a la vez que los consejeros de Educación, Luis Peral, y Familia, Beatriz Elorriaga. Armados con banderas, pancartas y silbatos, estaban dispuestos a aguarle la visita a Aguirre.
Como de costumbre, la jefa del Ejecutivo se hacía esperar. Agentes de la Policía Municipal y del Cuerpo Nacional de Policía tomaban posiciones por si había problemas. Cinco minutos, 10, 15... Y Aguirre no llegaba. Hasta que las autoridades y todo el séquito dieron media vuelta y entraron en la escuela infantil. «¡Esperanza ha entrado por la puerta de atrás! ¡Nos ha esquivado!», comentaron los sindicalistas. Los trabajadores se quedaron sin foto y se fueron hacia la Puerta del Sol, donde estaba convocada una protesta convocada por los representantes de los empleados públicos de la Comunidad de Madrid para pedir que se les apliquen las condiciones de carrera profesional pactadas con el personal facultativo y de Enfermería por parte de la Consejería de Sanidad.
Ya en el interior, Aguirre pudo visitar a sus anchas y sin ningún agobio la escuela, saludar a sus pequeños alumnos y verse con ocho de los primeros padres que han pedido la nueva ayuda autonómica a todas las familias que tengan hijos, el cheque-bebé.
Como explicó la presidenta, ya han solicitado esta ayuda 2.000 familias y está previsto que lo hagan unas 70.000 al año, ya que éste es el número aproximado de nacimientos que se producen en la región cada año.
«Nosotros apoyamos a la familia sin complejos», explicó la presidenta ante los padres, vestidos para la ocasión y con sus ocho criaturas en brazos, «por eso creamos en su día la Consejería de Familia y hemos aprobado el Plan de Apoyo a la Familia 2005-8, que supondrá una inversion de 3.000 millones de euros.
La presidenta presumió de natalidad y explicó que la población madrileña ha crecido en un 19,6% en la última década, más que toda la Unión Europea de los 25, aunque obvió que la gran mayoría de ese crecimiento proviene de la inmigración y no del crecimiento natural de la población con nuevos nacimientos.
Para impulsar la natalidad, precisamente, la Comunidad ha aprobado este año el cheque-bebé, una ayuda única, y que se da de una sola vez, de 100 euros. «Un regalito», dijo la presidenta, «para hacer frente a los primeros gastos que supone la llegada de un nuevo miembro de la familia».
Casi desde que concluyó sus palabras, Aguirre cogió en brazos a Lidia, que nació el pasado 2 de enero, y no la soltó hasta el final. «¡Es un cielo de niña!», exclamaba, porque la pequeña ni siquiera se despertó a pesar del ruido ambiental. Como explicó la jefa del Ejecutivo, ya está en edad de tener nietos pero «mis hijos todavía no se han decidido, aunque uno ya tiene novia», dijo entre risas a los presentes.
Cada año, nacen en la región 70.000 niños y otros 800 son adoptados. Todos pueden beneficiarse de esta ayuda. Aunque como recordó ayer algún padre, la del Estado es bastante más generosa, porque da 100 euros a las madres trabajadoras todos los meses, no una vez en la vida. Por tanto, la Consejería de Familia invertirá unos siete millones de euros al año para hacer frente a esta ayuda, de la que se beneficiarán unos 186 niños al día.
El acto de ayer se desarrolló en la escuela infantil pública El Pilar, en Ciudad Lineal, una de las 55 que se están construyendo esta legislatura. La Consejería que dirige Luis Peral está ampliando la oferta pública de plazas infantiles hasta las 24.000, que se suman a otras 23.000 subvencionadas. En total, en la región hay 349 escuelas para niños de cero a tres años netamente públicas, como explicó a M2 el director general de Infraestructuras Educativas, Jesús Valverde.
A la salida del acto, los trabajadores ya habían desaparecido de la puerta principal, por lo que Aguirre pudo salir tranquilamente a la calle y montar en su coche oficial. En su destino, la Puerta del Sol, comenzaban a concentrase los primeros trabajadores (ver el texto de apoyo).