JOSE MARIA ROBLES
Hiperubicuo Miguel Malla esta semana. El hermano mayor de Coque, con el que puso en pie el grupo Los Ronaldos a mitad de los 80, regresa ahora al primer plano con diferentes propuestas que denotan versatilidad y un elegante inconformismo. Por orden: anoche acompañó con saxo y clarinete a su compadre Mastretta; hoy actúa con su propia formación, Racalmuto; y el jueves asume la dirección musical de Marat/Sade, nuevo artefacto escénico de la compañía Animalario.
«Se trata de música distinta pero con un mismo espíritu. Además, somos un grupo de amigos los que trabajamos juntos», comenta acerca de su habilidad para saltar de liana en liana: del pop de road movie manufacturado por el compositor santanderino al jazz de cámara que propone al frente de su orquesta (saxofón, clarinete, trompeta, contrabajo, batería y piano), formada en 2002 y con nombre de pueblo siciliano.
El repertorio de los sextetos de Raymond Scott (todos sus integrantes eran blancos) y John Kirby (todos sus integrantes eran negros), poco conocidos a bote pronto pero con una popularidad notable en los años 30, es el esqueleto al que ponen músculo Malla y los suyos. Se trata de creaciones con ecos procedentes de Francia, Extremo Oriente, Europa del Este... y que también remiten a Mozart, Schubert, Bizet o Beethoven. «Hacían un brebaje muy digerible pero de catalogación compleja, como esperamos parecer nosotros», comenta Malla vía telefónica.
Eso después de presentar como es debido a los inspiradores del proyecto. «Scott es un personaje curioso. Además de compositor fue ingeniero de sonido e inventor de aparatos que son precursores de los que hoy emplea cualquier músico: sintetizadores... Algunas de sus piezas incluso fueron utilizadas para poner fondo a episodios de Buggs Bunny y otros personajes de la Warner Bros.; Kirby tiene que ver más con el jazz, aunque con un estilo peculiar que no fue del todo comprendido en su época. Con él estuvo gente que luego trabajó con Duke Ellington y Louis Armstrong».
Autor de las bandas sonoras de las películas Días de fútbol y La suerte dormida (ambas de 2003), Malla también reivindica la capacidad de su grupo para crear pasajes sonoros originales (hasta seis incluye el homónimo álbum de debut del grupo). Eso sí, siguiendo una máxima de Scott: «Que se trate de música que pueda ser apreciada nada más oírla».
En las antípodas de esta aventura instrumental («no tener la barrera del idioma nos sirve para ir a cualquier sitio») está el cancionero de Los Ronaldos, quizá con el humor como único punto de conexión. «Me lo pasé muy bien entonces. Llegamos a tocar en Las Fallas, en una calle, para 250.000 personas. Actuar en directo, mirar a lo lejos y no ver el final es algo increíble».
Racalmuto
. Hoy, a las 23.30 horas, en la sala El Sol (Jardines, 3). 6 euros.
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