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Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde (Francis Bacon) |
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A la última |
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Para romperse las piernas, jazz |
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MARTA AGUIRRE
Para la gran mayoría el jazz es esa música pesada en la que, como dice el chiste, el solo del contrabajo hace el papel de la muerte, porque uno sabe que, pase lo que pase, siempre va a llegar. Sí, no nos engañemos, mucha gente mira el jazz desde lejos, piensa en conciertos interminables en los que hay que prestar mucha atención (algo que en la sociedad del espectáculo actual es una especie de castigo) y en los que hay que estar muy serio... Eso lo piensa, obviamente, la gente que no ha invertido unos minutos de su tiempo en escuchar a Django Reinhardt o a Chet Baker, por ejemplo, pero bueno, la sociedad es así, no la he creado yo, y hay que reconocer que iniciativas como Danzz ayudan a perder el miedo al jazz y a que este estilo musical empiece a hacer mella entre un público que probablemente no iría a un concierto del Café Central ni aunque le amenazaran de muerte.
Danzz recoge el espíritu que se inició en otros clubs más eclécticos de Madrid, como las sesiones del Katmandú hace ya una década o del colectivo jazzin club, y que son de lo más habituales en Londres o en Nueva York. Todos los primeros domingos de cada mes, los disc jockeys del Danzz organizan una sesión de jazz para bailar en el Morocco (Marqués de Leganés, 7). El local no puede ser más apropiado, con ese toque kitsch tan latino y tan de los años 50, y con una pista de baile, con escenario incluido, perfecta para uno de los grandes atractivos de estas sesiones: las clases de baile, a cargo de Jazzcotech, una formación británica, esencial dentro del jazzdance, que haría bailar (bien) a la misma Carmen Martínez Bordiú.
En cualquier caso, lo cierto es que muy negado hay que ser para no soltarse y lanzarse a la pista oyendo clásicos como La Lupe o cualquiera de las selecciones a cargo de disc jockeys míticos del género en España, como Señor Lobo (en la última sesión, que fue todo un éxito, con otros dj's del sello Lovemonk) o los residentes Javi Bayo o Jesús Bombín (al que también se puede ver y oír en la Boca del Lobo, en calle Echegaray, 11). Otro de los aciertos de estas fiestas dominicales (la próxima es el 4 de marzo, para ambientarse, se puede entrar en www.danzz.es) es el horario. Muy anglosajón. De 19.00 a 24.00 horas, algo prudencial para que los que tengan que trabajar al día siguiente no puedan poner ninguna disculpa.
De momento, para los que quieran introducirse en este tipo de música, lo mejor es darse una vuelta por tiendas como Ama Records (www.ama-records.com), Tony Martin (Martín de los Heros, 18) o Up Beat Records (Espíritu Santo, 6).
coolalaultima@mixmail.com
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