India es ya el décimosegundo productor mundial de automóviles. Por detrás de este país quedan otros de enorme tradición e importancia en la historia del automóvil como Italia, que ha sido ya superada por este gigante asiático que crece cada año a una cadencia de dos dígitos. De ahí que no sea difícil imaginar que para el final de la década podría haber superado a México y el Reino Unido.
Pero además, el país, con una población de 1.000 millones de habitantes, se ha convertido en un mercado competitivo en el que los fabricantes más tradicionales como Maruti-Suzuki, Tata y Mahindra se están viendo acosados por las marcas internacionales, que están asaltándolo con la esperanza de poder obtener los mismos beneficios que durante algunos años han estado obteniendo en China.
El crecimiento espectacular de este mercado es reciente. Ha sido entre 2002 y 2006 cuando las matriculaciones se han duplicado. Y esto a partir del momento en que se liberalizó. Hasta entonces, la India había sido un país prácticamente cerrado a la importación de automóviles debido a unos aranceles prácticamente inasumibles. Hasta el año 2000, se mantuvieron en el 300%. Después, se redujo al 40% en 2002 y ahora es un manejable 13,5%.
Realmente, los que descubrieron el país para esta industria fueron los coreanos. Hyundai y Daewoo apostaron por la India cuando las marcas occidentales consideraban que era imposible producir coches en la India. Lo cierto es que muchas de ellas habían tenido malas experiencias al intentar motorizar el país. Pero al final, la mayoría se decidió a retornar y entre todas presionaron al Gobierno que abrió el mercado a cambio de inversiones. Gracias a ello las japonesas Toyota y Honda, y la coreana Hyundai se han implantado con gran fuerza en la India, logrando amplias cuotas de mercado.
Reacción local
Pero las marcas indias se preparan para resistir. Maruti-Suzuki, en la actualidad completamente controlada por la marca japonesa, sigue insistiendo en el veterano modelo Alto, muy barato. Aunque complemente la oferta con modelos más modernos, algunos importados de Japón.
En el caso de Tata, su alianza con Fiat está dando ya resultados a la hora de compartir tecnología, fábricas e incluso algún modelo. Sin embargo, llegó muy tarde para que los modelos que sucederán al Indica y al Indigo, los dos más vendidos, puedan compartir una plataforma de Fiat. En cambio sí emplearán los motores de la marca italiana.
Las primeras pistas de cómo serán estos coches llegarán con el Salón de Ginebra, donde se presentará un prototipo realizado por Trilix, un nuevo estudio de diseño fundado por antiguos diseñadores del instituto Idea, que fue el que diseñó los Indica e Indigo actuales. La marca también va a renovar su todoterreno Safari y, en 2008, lanzará el modelo que llamará Crossover, un vehículo mixto entre familiar de siete plazas, monovolumen y todocamino. En Tata están convencidos de que la relación con Fiat puede aportarles muchas cosas, pero están atentos a disputar cualquier posibilidad de compra de alguna compañía.
En lo que se refiere a Mahindra, cerró un acuerdo con Renault para producir el Dacia Logan, el modelo de bajo precio de la órbita de la marca francesa. Para su producción se está construyendo una nueva factoría, con capacidad para 300.000 unidades al año, que debe comenzar a funcionar en 2009. Mientras tanto, la marca sigue vendiendo la gama de vehículos todoterreno, con tecnología propia.
