«Ambos han hablado del asunto esta mañana [por ayer]», explicó el portavoz. «Consideramos esta decisión como un éxito», añadió Johndroe, en el sentido de que supone una evidencia de los progresos logrados en la estabilización de la zona ocupada por la tropas británicas, al sur de Irak.

«Nosotros también deseamos el retorno de nuestros soldados lo antes posible», añadió el portavoz de la Casa Blanca, aunque insistió en la necesidad de que las tropas americanas permanezcan en Irak hasta lograr la pacificación del país.

Gordon Johndroe, en todo caso, declinó ayer dar detalles sobre la estrategia de retirada diseñada por los británicos. Según el periódico sensacionalista londinense The Sun, Blair hará pública hoy oficialmente la retirada de miles de soldados destinados en el país de los dos ríos. Un primer contingente de 1.500 militares dejaría Irak en un plazo de pocas semanas, y otros 1.500 permanecerían a finales de año, de acuerdo con la información que publica The Sun.

Pese a los comentarios de la Casa Blanca, el Gobierno británico declinó ayer confirmar o desmentir la decisión de replegar las tropas de Irak. «El primer ministro informará de esta cuestión al Parlamento. Éste es el procedimiento que debemos seguir», aseguró un portavoz de Downing Street a France Presse.

En Washington, el portavoz presidencial hizo hincapié en que George W. Bush «reconoce el apoyo aportado por las fuerzas británicas, tanto desde el inicio de la guerra como en el futuro (...). El Reino Unido ha mantenido una posición sólida en el sur de Irak, y estamos satisfechos de que las condiciones en Basora hayan mejorado lo suficiente como para tomar la medida de transferir a las autoridades iraquíes el control de la situación».

El portavoz de la Casa Blanca añadió que «el Gobierno de Estados Unidos tiene el mismo objetivo, transferir a los iraquíes la responsabilidad de garantizar la seguridad, y reducir gradualmente el número de soldados estadounidenses destinados en Irak».

El contingente británico ronda en la actualidad unos 7.000 soldados. El Gobierno de Londres considera necesario mantener un remanente de tropas «para ayudar a los iraquíes si surge un problema puntual».

Londres, además, considera «compatible» la reducción de sus fuerzas en casi un 50% con la decisión estadounidense de desplegar otros 22.000 militares en Bagdad y en la provincia suní de Al Anbar, donde la insurgencia es más virulenta.

Ayer, por otra parte, un soldado americano perdió la vida en Bagdad. La violencia sectaria continuó en la capital con el estallido de una bomba que alcanzó a un camión que transportaba cloro, matando a cinco personas e hiriendo a otras 140.

En Bagdad, un atacante suicida y dos coches bomba dejaron otros 17 muertos. La policía, además, encontró 20 cadáveres, víctimas de los enfrentamientos entre suníes y chiíes.