CARLOS FRESNEDA. Corresponsal
NUEVA YORK.-
Noventa segundos antes de morir asesinado en Dallas, John F. Kennedy saludaba a la multitud con un ligero abultamiento en la parte superior de su chaqueta, mientras Jacqueline sonreía alegremente al paso de la comitiva motorizada ante un grupo de mujeres con ampulosos peinados al estilo años sesenta, del todo ajenas a la tragedia que estaba a punto de consumarse en la cercana plaza Dealy.
La película muda de 8 milímetros dura apenas 40 segundos y fue difundida ayer por el Museo del Sexto Piso, ubicado en la ventana desde la que se supone disparó Lee Harvey Oswald el 22 de noviembre de 1963.
La cinta fue donada el lunes al famoso museo consagrado a la vida y muerte de Kennedy, coincidiendo con la celebración del día de los presidentes.
La rodaron en su día un fotógrafo amateur, George Jeffries, y su yerno Wayne Graham, y hasta ahora había permanecido prácticamente inédita (aunque llegó a circular entre los abonados a las teorías conspiratorias a través de internet).
«Se trata de la mejor película y la más clara que existe hasta ahora de Jackie Kennedy en la comitiva», declaró Gary Mark, responsable del Museo del Sexto Piso.
El primer plano lo ocupa en casi todo momento la ex primera dama, con su gorro y su conjunto color rosa, saludando con la mano derecha hacia la izquierda de la comitiva, mientras Kennedy aparece colocado de perfil y de espaldas, mirando hacia el lado opuesto.
Película casera
Las breves imágenes -precursoras de la era YouTube- acaban de ser incorporadas al archivo del Museo del Sexto Piso de Dallas, donde está también una copia de la película casera tomada por Abraham Zapruder y que ha pasado a la historia como el mayor testimonio gráfico del asesinato de Kennedy.
Mark intentó restar importancia al hecho de que el fotógrafo retuviera durante 40 años la cinta y no la pusiera en su día en manos de los investigadores: «Seguramente hay gente que tiene todavía imágenes de lo que sucedió ese día y que no las ha difundido porque no las considera relevantes. Pero para los historiadores, cada fotograma cuenta y puede servir para introducir una nueva perspectiva de los hechos».
Aunque las imágenes se detienen unos segundos antes del asesinato (cuando George Jeffries vuelve a rodar ya se han producido los disparos), Mark considera que hay un hecho que puede ser de extrema utilidad para rebatir algunas de las teorías conspiratorias, y es el abultamiento ostensible de la chaqueta del presidente en la parte alta de la espalda, lo que podría explicar por qué la trayectoria de las balas que horadan la chaqueta no coincide con las que manchan mortalmente su camisa.
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