Recibir al Liverpool y que se presente un rival luciendo equipación de color blanco es una lástima, algo que a buen seguro merecería una de las clásicas sentencias de Maradona. «Es como bailar con tu propia hermana». Sin embargo, el ambientazo que se pudo vivir en el Camp Nou recordaba que aquello era un gran clásico europeo, con una irreductible afición inglesa que fue capaz, especialmente durante largas fases del segundo tiempo, de imponer el You'll never walk alone a 87.000 aficionados barcelonistas.En el césped, un jugador mal afeitado, robusto, curtido en mil batallas, fue el mejor de unos azulgrana que ayer perdieron medio billete del pase a los cuartos de final.
Deco. Se hizo el amo de la zona ancha pese a la presencia de colosos como Xabi Alonso, Gerrard, Riise y Sissoko. La presencia del ex jugador del Valencia fue la mejor demostración de que Benítez no vino al Camp Nou a ganar la eliminatoria, sino a tratar de no perderla. Con un Xavi un tanto diluido, el portugués se puso los galones y se multiplicó en ataque y en defensa. Protagonizó en exclusiva el torrente de fútbol del Barça entre el minuto 10 y 20 de partido, en que además de un gol histórico -el primero que encaja el Liverpool en el Camp Nou- tuvo tres ocasiones más.En defensa, se multiplicó cortando contragolpes del rival y achicando espacios, en una tarea en la que Motta estuvo discreto. Pudo completar su noche con un lanzamiento de falta que se estrelló en la cruceta.
Bellamy. Se sintió con la zaga azulgrana tan cómoda como días atrás lo estuvo en el karaoke de un hotel del Algarve. Sus fechorías, anoche, fueron otras. Sin ningún palo de golf a mano se conformó con exprimir su tremenda velocidad y capacidad de desmarque.En su gol, aprovechó el enésimo error en el marcaje de Belletti para rematar a placer. Después, incluso, lo celebró con un perfecto swing, un claro guiño a los incidentes que protagonizó en Portugal.Más tarde, asistió a Riise, el mismo compañero al que presuntamente había agredido días atrás, para regalarle el 1-2.
Gerrard. El gran capitán del Liverpool jugó por la banda derecha con la sola misión de atacar. En su zona se encontró a un inspirado Zambrotta, pero demostró su personalidad pidiendo todos los balones y participando en la mayoría de los ataques de su equipo. Con su estilo zancudo y su portentoso físico, demostró que cuando se aleja del medio centro puede ejercer de Ronaldinho en el equipo red.
Ronaldinho. Era una noche para él. Antes del partido, aplicó sus generosas dosis de abrazoterapia entre sus compañeros y su primera acción en el partido fue un espectacular sombrero. Sin embargo, estuvo bien atado por Finnan, que contó con las ayudas de Gerrard, por lo que no desequilibró como de él se esperaba.
Xabi Alonso. El centrocampista donostiarra estuvo poco participativo, en parte por el gran marcaje a que le sometió Xavi Hernández.Delegó en Sissoko, formidable durante toda la noche, las tareas más desagradecidas de contención, pero no estuvo muy afortunado en ataque. Dejó poco más que su criterio para mover el balón a primer toque y un voluntarioso pero poco efectivo marcaje sobre Deco.
Messi. El arma secreta de Rijkaard para romper el sólido esquema de Benítez tuvo un correcto regreso al once titular, pero no destrozó al Liverpool como en su día hizo con el Chelsea. Exhibió su tremenda verticalidad, pero no llegó a combinar con peligro con un Saviola que sólo tuvo una ocasión en toda la noche. El único remate de La Pulga llegó en el minuto 73 y acabó en córner.
Márquez. Reubicado a su posición en el centro de la defensa, el mexicano fue recurso habitual para intentar mover el balón ante la tupida red planteada por Benítez en el centro del campo.Anduvo mejor en los desplazamientos en largo que en las coberturas.En el segundo gol del Liverpool, dejó solo a Kuyt para que rematara a placer ante Valdés y no acertó después a despejar el rechace de su guardameta. Su intento quedó corto y a los pies de Bellamy, quien asistió a Riise y éste no desaprovechó la ocasión para remachar el lapidario 1-2.
Carragher. Fue el líder del tortuoso cerrojo defensivo de Benítez.Bien compenetrado con Agger, cerró perfectamente el eje de la defensa y dio buenas ayudas para evitar los pases interiores a los extremos.
Valdés. En su duelo con su rival de toda la vida, el también canterano del Barça Pepe Reina, protagonizó dos errores que empañan la tremenda temporada que estaba haciendo hasta ahora. En el gol de Bellamy, blocó bien el balón pero se metió con ella más allá de la línea de gol. Su desesperado esfuerzo por sacar el cuero fue infructuoso, pues lo dejó a pies de Kuyt. En el segundo tiempo, protagonizó un absurdo libre indirecto dentro del área por coger un balón cedido por Giuly. Estuvo bien en el posterior remate de Gerrard. No pudo hacer nada en el gol de Riise.
