Las estadísticas juegan en contra de los azulgrana en su necesidad de protagonizar sendas remontadas en dos competiciones que se rigen por el KO. Especialmente, a la hora de visitar Anfield Road, con la renta de dos goles a favor conseguida por los jugadores de Rafa Benítez. En lo que va de año, lo más que ha conseguido arrancar en sus desplazamientos han sido exiguos empates ante el Getafe (1-1) y Osasuna (0-0), sumados a dolorosas derrotas frente al Espanyol (3-1) y el Valencia (2-1). En Liga, le salvan los partidos en casa ante víctimas propiciatorias como el Nàstic (3-0), el Celta (3-1) o el Racing (2-0).

Al grupo que entrena Frank Rijkaad también puede reprochársele que no ha sido capaz de ganarle la partida a rivales de entidad cuando ha tenido que plantarles cara. Cayó ante el Chelsea de Mourinho, en Stamford Bridge, y cedió un empate en la visita de los blues al Camp Nou en la Champions. El Real Madrid también destapó sus miserias en el clásico de la primera vuelta de la Liga y el Atlético no tuvo excesivos problemas para llevarse un empate en su visita al Camp Nou. Sólo en dos ocasiones han sido los azulgrana capaces de sobreponerse. Una, en la Liga de Campeones, con el agua al cuello para superar a un Werder Bremen ante el que arrancó un empate in extremis y, a la postre, salvador en la fase de liguilla. La otra, para imponerse a un Sevilla (3-1) que le había herido antes en su orgullo al derrotarlo en la final de la Supercopa de Europa. Y eso, cuando todavía marchaba con pie más o menos firme en el campeonato doméstico.