VICENTE AZPITARTE. Especial para EL MUNDO
SEATTLE.-
Pau Gasol sabrá hoy si definitivamente va a ser traspasado a otra franquicia o por el contrario deberá quedarse hasta el final de la temporada en Memphis. El jugador español espera con atención, pero asegura que está «muy tranquilo», según comentó a EL MUNDO en Seattle, antes de enfrentarse a los Sonics y volver a perder con su equipo (ver ficha). Durante las últimas semanas han sido muchos los rumores que se han producido en torno a la posible salida de Pau. Chicago Bulls, Boston y New Jersey Nets han sido las franquicias que con más interés han intentado hacerse con los servicios de la estrella española sin hasta el momento conseguirlo.
Los rumores han colocado a jugadores del renombre de Vince Carter o Ben Gordon en Memphis, pero como ya reconoció en su momento el propietario de los Grizzlies, Michael Heasley, «no estamos en rebajas», así que West y los suyos han estado esperando al último momento para conseguir el máximo a cambio de Pau o tiempo para convencer a Gasol de que no se vaya. El dueño de los Grizzlies de Memphis, Michael Heisley, a falta de pocas horas para que se cierre el mercado de invierno de la NBA, aseguró que el futuro de Pau Gasol sigue en el aire, ya que, apesar de haber recibido ofertas, aún no se han decantado por ninguna. «Si decidimos vender a Gasol, me gustaría conseguir a uno o dos buenos jugadores y no necesariamente al mismo tiempo», explica Heisley en una entrevista con Sports Illustrated.
«Si alguien viene con un gran acuerdo, aunque no consigamos ese alivio salarial que buscamos, podríamos aceptarla», desveló Heisley, consciente del alto salario de Gasol. El dueño de los Grizzlies no dudó en mostrar su satisfacción por el buen trabajo del ala-pívot de Sant Boi en el pasado Mundial. «Para mí fue un orgullo que Gasol jugara con España, no sé si estaba animando más a España que al equipo de Estados Unidos. Mi jugador estaba con la selección española y es un chico magnífico. Le dije: 'Pau estoy orgulloso de ti», concluyó.
Mientras, en estos momentos Gasol transmite calma, aunque parece estar enmascarada de impotencia ante la complicada situación que le ha tocado vivir, posiblemente la más dura desde que llegó a la NBA. Cuenta las horas para saber su destino. Su salida parece complicada, pero ayer Chicago hizo una última oferta, quizá decisiva.
Silbidos.
«No me preocupa demasiado ahora, he podido descansar de todo y desconectar durante el All Star y he conseguido relajarme mucho más estando alejado de los rumores, prensa, partidos y abucheos». Habla de los silbidos que se escucharon en el Fedex Forum de Memphis hace pocas semanas. Pero Gasol reconoce que su espíritu ha cambiado: «Pasó el momento de querer irme, la fase en la que quería que se diera el traspaso. Si algo tiene que pasar, pasará, y ya veríamos a dónde. Y si no ocurriera nada y me quedo, lo haré lo mejor posible en los menos de dos meses que restan de liga».
De esta forma el campeón del mundo deja dos puertas abiertas: una a quedarse hasta mayo con su actual equipo y otra, la de negociar en verano una posible salida. «Lo pensaremos, supongo que analizaremos los factores y todo lo que ha ido pasando y lo reflexionaré y lo hablaré con quien lo tengo que hablar». Y es que como él mismo reconoce: «De momento hay muchas dudas en esta franquicia, así que ya veremos lo que acaba pasando». Si finalmente Pau se quedara en Memphis tendría que enfrentarse a un final de temporada realmente dramático en el que vería como su equipo intenta a toda costa ser el último clasificado en la NBA.
De ésa manera, los Grizzlies podrían tener más opciones de elegir en el próximo Draft la elección más alta. «Ese es uno de los factores importantes, tenemos que ver qué tal acaba esta franquicia la temporada y qué número del Draft escoge y a ver si estos dos jóvenes [Greg Oden y Kevin Durant] de los que tanto se habla serán tan buenos y con un potencial tan grande. Vamos a ver si se declaran elegibles», apunta Gasol sobre dos de las posibles promesas que podrían recalar en Memphis.
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