El incidente, que no provocó daños personales, ocurrió a las 01.15 horas del martes cuando una grúa que sostenía una viga de 37 metros volcó desprendiendo ésta sobre la plataforma y arrastrando consigo 200 metros de catenaria. Las obras eran ejecutadas por la empresa Isolux Conrsán, adjudicataria del proyecto de la variante de la M-301, que en su tramo superior a la altura del término municipal de Perales del Río, en Madrid, atraviesa las vías de la línea de AVE Madrid-Sevilla. Este incidente, el más grave que ha sufrido el AVE en sus 15 años de historia, afectó al tráfico de 120 trenes.

Desde las 6.30 horas de ayer, momento en que debía haber partido desde Madrid el primer AVE en dirección a Sevilla, Renfe estableció un plan alternativo para transportar a los viajeros afectados. A pesar de los esfuerzos de la compañía por dar salida a los miles de afectados que se amontonaban en las estaciones de Madrid, Sevilla y el resto de localidades afectadas, Renfe sólo consiguió transportar a unos 6.000 viajeros.

Para la línea Madrid-Toledo, los afectados pudieron viajar en autobús hasta Aranjuez, donde tomaron un cercanías que les llevó hasta la capital manchega. En la línea de Madrid-Sevilla, un autobús transportó a los afectados hasta los talleres de Renfe en La Sagra (Toledo), donde luego pudieron montar en un tren para llegar a Sevilla. En las líneas que pasaban por Ciudad Real, el recorrido se hizo por vía convencional desde esta localidad hasta Madrid. La línea Madrid-Granada tuvo que utilizar la vía estrecha en su desvío antiguo por el puerto deDespeñaperros.

Desde la compañía informaron a los interesados que, en lo posible, los viajeros afectados cambiasen el billete para otro día o reclamasen la devolución del importe. Sin embargo, muchos de los viajeros solicitaron el transporte alternativo para llegar a su destino a lo largo del día.

Anoche, la dirección de Renfe decidió «devolver el importe íntegro a todos los viajeros afectados por el corte de la línea de alta velocidad», incluso, «sin excepeción», a quienes usaron «el transporte alternativo» ofrecido ayer por la compañía.

La empresa ferroviaria abrió un teléfono de atención al viajero específico para los afectados y reforzó su plantilla para atender las quejas y reclamaciones. Aunque la normativa de la compañía regula el procedimiento de atención de las reclamaciones y las posibles indemnizaciones, fuentes de Renfe confirmaron que, al tratarse de un suceso extraordinario, los perjuicios que este incidente haya podido provocar se atenderían «de forma especial».

A las 18.00 horas los operarios de Conrsán-Corviam habían conseguido despejar la vía con la ayuda de dos grúas telescópicas. El peso de la viga desprendida, que arrastró consigo 200 metros de catenaria y dañó otros 1.000, perjudicó el tramo afectado -situado en el kilómetro 12,800- y obligó a desplazar hasta ese punto a 40 operarios de Adif. A última hora de ayer, una nota de Renfe confirmaba que el servicio volverá a prestarse con normalidad desde las 06.30 horas de hoy.

Reproches políticos

La suspensión del tráfico ferroviario provocó, además, una bronca política entre el PP y el PSOE para acusarse mutuamente por la responsabilidad del accidente y los despropósitos del Gobierno central y de la Comunidad de Madrid.

La ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, apuntó a la Administración madrileña como la responsable política del accidente en el trazado y recordó en su intervención en el pleno del Senado que «el responsable político de una obra es el titular de la misma y, pase lo que pase, no es Fomento».

Alvarez señaló que los responsables de la Comunidad de Madrid tenían que haber extremado las medidas de seguridad para evitar accidentes de este tipo y aclaró que los servicios jurídicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y del propio Ministerio serán los que determinen el tipo de responsabilidades que deben exigirse al Gobierno de Esperanza Aguirre.

El candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, también reaccionó ante el accidente culpando al Gobierno autonómico de «sabotaje» a la línea ferroviaria: «No les basta con generar dificultades para el funcionamiento del Metro de Madrid, que es de su competencia, sino también en el funcionamiento del AVE, que es competencia del Ministerio de Fomento», criticó Simancas.

Por su parte, el diputado popular Andrés Ayala se defendió de tales acusaciones y acusó a la titular de Fomento de utilizar el Ministerio a su antojo para hacer «un uso partidista y electoralista en contra de la Comunidad de Madrid», cuando, según dijo, Alvarez es la ministra que más accidentes de obra pública ha tenido en los últimos 20 años.

Ayala exigió además a la Ministra que dé explicaciones sobre algunos accidentes acontecidos durante esta legislatura como los ocurridos en Motril (Granada) hace dos años, los del AVE en Valencia, el descarrilamiento de dos ferrocarriles en Palencia o el reciente derrumbe de un tramo de 50 metros del túnel de Viella, en Lleida.

El siniestro ocurrido ayer supone el mayor incidente del AVE en sus 15 años de historia. No obstante, desde su inauguración el 2 de abril de 1992, esta línea ha sufrido en alguna ocasión incidencias de cierta magnitud, dos de ellas producidas por amenaza terrorista. La mayor de ellas tuvo lugar el 2 de abril de 2004, apenas tres semanas después de los atentados terroristas del 11-M. Aquel viernes el hallazgo por parte de un operario de Renfe de un artefacto explosivo colocado entre las localidades toledanas de Mocejón y Algodor obligó a interrumpir la línea Madrid-Sevilla durante 20 horas. El servicio se reanudó a las 7.30 horas del día siguiente.

Tres años antes, el 15 de agosto de 2001, en la misma línea, ETA hizo estallar dos bombas que rompieron traviesas y deformaron los raíles en las proximidades de la estación de Ciudad Real.

En otra ocasión, el 15 de enero de 1997, la línea de alta velocidad Sevilla-Córdoba estuvo parcialmente interrumpida después de que un convoy de mercancías que transportaba gasóleo descarrilara cerca de El Higuerón, en Córdoba, y cayera parte de la carga sobre las vías del AVE. El servicio no se reanudó hasta primeras horas del día siguiente. El incidente afectó a más de 5.000.

El 4 de noviembre de 1997, a consecuencia de las fuertes lluvias caídas en Andalucía, el tráfico ferroviario del AVE Madrid-Sevilla también tuvo que ser interrumpido durante unas horas debido a la inundación de parte de la vía. No obstante, salvo pequeños incidentes técnicos, el AVE ha presumido a lo largo de sus 15 años de vida de ser un transporte puntual. De hecho, con un 0,2% de retrasos en todas sus líneas, el AVE es el único sistema ferroviario del mundo que devuelve el importe del billete si la impuntualidad es superior a cinco minutos.