LUIS ANGEL SANZ
MADRID.-
Las relaciones entre los gobiernos de España y la Comunidad de Madrid son en general malas. Pero si hubiera que personalizar esas negativas vibraciones hasta calificarlas como nefastas, nadie podría encarnar mejor esa animadversión que la presidenta, Esperanza Aguirre, y Magdalena Alvarez.
Maleni, como la llaman en la Puerta del Sol (sede de la Presidencia de Madrid) es «la cara más soberbia del Ejecutivo de la Nación», aseguran. E incluso admiten este aspecto algunos dirigentes del PSOE.
Cuando la política andaluza llegó a su puesto, paralizó parte de las actuaciones previstas por Fomento en la capital. Pasaron al fondo de un cajón dos autopistas de peaje y el cierre norte de la circunvalación M-50... Sólo quedaron en pie los proyectos de los trenes de alta velocidad pendientes de conectar Madrid con varias capitales de comunidades.
Estas decisiones encendieron en cólera al Gobierno de la Comunidad de Madrid, que ha hecho de las infraestructuras uno de sus buques insignia. Hasta el punto de que Aguirre dijo que si Fomento no quería ejecutarlas, las haría su equipo.
La solución fue peor que la enfermedad: Alvarez interpuso varias cuestiones de inconstitucionalidad contra Madrid. Como explicaban desde el Ejecutivo madrileño, Fomento no sólo se negaba a construir la Radial 1 de peaje (paralela a la A-1) y a cerrar la M-50, sino que quería impedir que lo hiciera la Comunidad. Los estudios estuvieron parados varios meses, pero el Constitucional levantó finalmente las suspensiones pedidas por Fomento.
Choque administrativo
Tanto desde Sol como desde Nuevos Ministerios aprovechan cualquier ocasión para atacar a la otra administración, como volvió a ocurrir ayer. Si las obras de Fomento para hacer una nueva estación de Cercanías en Sol están paralizadas, es por culpa de Aguirre, que retrasa la autorización para el traslado de unos restos hallados bajo el asfalto. Si el convenio para la estación de Alonso Martínez no se firma, la culpa es de Fomento porque no ha presentado un estudio de la obra, que será cofinanciada por las arcas autonómicas.
El Ministerio nunca ha puesto un euro para la ampliación del Metro de Madrid. Ni siquiera para conectarlo con la T-4. En la Comunidad siempre recuerdan que Magdalena Alvarez no tiene problema para cofinanciar los suburbanos de Sevilla y Málaga junto a la Junta de Andalucía, donde trabajó antes de ser fichada por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero.
La Consejería de Transportes de Madrid -homóloga a Fomento- ha tenido tres titulares en tres años y medio (Francisco Granados, María Dolores de Cospedal y Elvira Rodríguez). Ninguno consiguió mantener buenas relaciones con la ministra. La actual consejera, la ex ministra de Aznar Elvira Rodríguez ni siquiera ha tenido una entrevista con Alvarez a pesar de haber tomado posesión hace nueve meses. Y lo ha solicitado tres veces.
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