Primero pidió perdón al Pleno del Congreso por sus declaraciones el día antes del atentado en la T-4. Luego ordenó retirar la llamada ley del alcohol debido a la oposición ciudadana. Y ayer, en la sesión de control, admitió que los agentes que estuvieron custodiando a los inmigrantes del Marine I «estuvieron las dos primeras noches en unas circunstancias inaceptables para los policías de un país como el nuestro».

Y añadió: «El director general les ha presentado sus excusas y, además, van a tener un reconocimiento singular».

Fue tras una pregunta del líder de la oposición, Mariano Rajoy, en la que denunció que la política del Gobierno en materia de inmigración «es una auténtica catástrofe».

Rajoy indicó que el episodio ocurrido con este barco demuestra que «hay un Gobierno a la deriva». «Política exterior: nadie le hace caso, ni Senegal, ni Mauritania, ni Cabo Verde. Política interior: un desbarajuste total y un maltrato vejatorio y humillante a funcionarios de Policía. Política de inmigración: ¿Por qué esta gente que venía de Bangladesh, la India, Pakistán o Birmania entra por España?», añadió.

Zapatero, lejos de compartir el diagnóstico de Rajoy, leyó una retahíla de felicitaciones de organismos internacionales por la actuación de España en este caso.

Así, citó varias cartas enviadas por la Organización Internacional de Migraciones o el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) que incluso leyó en el Pleno.

Para Rajoy, sin embargo, hay una auténtica descoordinación en materia de inmigración.

«¿Quién coordina el Gobierno, señor presidente del Gobierno, usted o la vicepresidenta? Porque hemos visto a muchos responsables echando balones fuera, culpándose unos a otros, y desde el Ministerio del Interior diciendo que la política exterior de España es la culpable de que esto haya ocurrido», censuró.

Por ello, Rajoy recordó directamente a Zapatero que «su obligación» es gobernar. «Me temo mucho que usted no la cumple. Es su primera obligación con todos los españoles», aseveró.